20 de Julio

En este mes, el 20 de julio, Colombia conmemora 114 años de libertad e independencia de la colonización española. Es un recordatorio del coraje y la determinación de aquellos que alzaron su voz en busca de la autonomía y la autodeterminación.

Colombia, al obtener su independencia de la opresión de España, ganó la libertad para elegir su propio camino; pudo tomar sus propias decisiones para elegir a sus gobernantes, dictar sus propias leyes y crear la constitución que plasma los derechos y deberes ciudadanos. También en esta fecha, recordamos a nuestro libertador, Simón Bolívar, y honramos su vida, rememorando sus batallas y heroísmo junto al cuerpo de hombres que lo acompañaron y dieron su vida por nuestro país. La liberación también permitió construir la carta magna con deberes y obligaciones individuales, sociales y políticas, respetando los derechos de un pueblo y creando un cuerpo armado legítimo de soldados en tierra, aire, ríos y mares para proteger la paz interna y externa y combatir los ataques de los enemigos de la paz.

En el plano espiritual, Cristo, con su crucifixión, nos dio la oportunidad de liberarnos de la esclavitud del pecado y nos brinda la vida eterna. Romanos 8:2 dice: «Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, 2 pues por medio de él la ley del Espíritu de vida te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.»

Nosotros, los cristianos, somos libres, pero totalmente dependientes del Dios trino, quien nos guía y dirige el camino perfecto a seguir. Su palabra dice en Juan 8:32: «y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» .

¿Recuerda usted el día que permitió al Señor entrar en su vida? Ese día también hay que atesorarlo, porque comenzó una carrera de vestirse como un nuevo hombre, dejando atrás todo lo que lo ataba a la vida terrenal y comenzando el viaje para vivir en el Reino de Dios. Fue el momento de comenzar a disfrutar de la libertad en Cristo, y a través del manual de instrucciones y la intimidad con Él, nos permite no tener marcha atrás y nos capacita constantemente como soldados, vistiéndonos de su armadura para estar firmes contra las asechanzas del enemigo y cuidar la libertad obtenida con el mejor y más poderoso pegamento: el amor.

La libertad nos demanda un trabajo progresivo para mantenerla, sin desbordarnos. En cuanto a nuestro país, el 20 de julio es una oportunidad para reflexionar sobre los logros alcanzados en la lucha por la libertad y la independencia, así como para reconocer los desafíos que aún persisten en la construcción de una sociedad justa y equitativa.

En cuanto al pueblo de Dios, es hora de apropiarnos de las bendiciones adquiridas con la libertad que Cristo nos da y compartirla con aquellos que aún están sumidos en la esclavitud del pecado.

Punto de acción

La libertad obtenida cuando aceptamos a Cristo en nuestro corazón es el mayor tesoro encontrado, el cual debemos cuidar, mantener y luchar constantemente para que no se vea afectada la paz de nuestro corazón. El Señor se sacrificó por nosotros para darnos libertad en todas las áreas de nuestra vida; debemos apreciarla de tal manera que muestre el amor incondicional que nuestro amado Padre nos ha mostrado. Por ninguna circunstancia permitas que se afecte tu libertad en Cristo.