Adorar a Dios

La adoración es un estilo de vida, por lo tanto, todo lo que se haga para complacer a Dios es Adoración. Cualquier actividad puede transformarse en un acto de adoración cuando la hacemos para glorificar y complacer a Dios.

La Palabra de Dios nos habla acerca de ello, de manera muy sencilla y dándonos claves importantes:

• 1 Corintios 10:31, dice que aún el comer o beber siendo actividades tan naturales y humanas pueden ser ofrecidas para adorar a Dios,
• En Colosenses 3:17 y 23 se nos invita a que lo hagamos todo para el Señor y no para los hombres,
• En Romanos 12:1 dice que aún nuestro cuerpo debe ser instrumento de adoración a Dios.

La adoración es una necesidad universal del ser humano, el hombre siempre buscará que adorar: a Dios, a otros dioses o a sí mismo, por eso el antídoto contra la idolatría es conocer personal e íntimamente al Dios vivo y verdadero.

En lugar de ser nosotros quienes nos especializáramos en adorar a Dios como el objeto de nuestra espiritualidad, la Biblia nos dice en Juan 4:23-24 que Dios busca adoradores en espíritu y en verdad y quiere hallarnos. Comprendemos entonces que la adoración es más que música, no tiene estilo, ni ritmo, ni volumen, es una actitud del corazón y debe ser en espíritu y en verdad. Así que podemos adorar a Dios, aún, cantando. La adoración no es para beneficio propio sino una ofrenda para Dios que requiere pasión y compromiso.

A su vez la verdadera adoración acrecienta el amor a Jesús según lo dice Juan 14:21, ya que tener Sus mandamientos y guardarlos es una muestra de nuestro amor por Él, manifiesta en nuestra adoración.

Moisés fue un ejemplo de adorador en Éxodo 34:8 se dice que, a pesar de su condición y dificultades personales, humillado buscaba y obedecía a Dios en todo. La característica de su corazón fue rendirse, entregarse totalmente a la voluntad de Dios. Pudo conocer de primera mano, en su experiencia personal la gracia de Dios, al saber lo que Dios había hecho por Su misericordia, lo cual logró la respuesta que el alma da en la adoración: confianza, entrega, entrega personal y total, no a medias. Así mismo cuando la adoración es nuestro estilo de vida, se irán el temor, el orgullo y la confusión que son obstáculos para adorar.

Punto de acción:

Es bueno reconocer en nuestra humanidad la necesidad de adoración, por eso hoy es el día para decidirnos por adorar con todo nuestro ser al único Dios vivo y verdadero: a Jesucristo.