Al quedarnos solos...

¿Qué haces cuando te quedas solo?

¿Te desesperas, te ocupas para evadir tu realidad, te desanimas?
Jesús hizo algo que nos sorprende por su sencillez, pero también por lo que implicaba: «Al quedarse solo, Jesús subió al monte a orar.»

Orar es un acto de rendición a Dios. Mientras la noche sorprendió a los discípulos en medio de aguas agitadas y vientos contrarios, a Jesús le brindó la oportunidad de rendirse a la voluntad del Padre durante el día.

Orar en medio de la soledad o la adversidad puede ser difícil de procesar, especialmente si hay áreas particulares de tu vida en las que no le has entregado el control a Dios. Si sientes temor de rendirte a Su voluntad, lo que realmente necesitas comprender, en lo más íntimo de tu ser, es que Él es digno de tu confianza.

Punto de acción

«Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.» Mateo 7:7-8 (RVR60)