Diversidad Reconciliada

La celebración del Día de la Raza en Colombia ofrece una oportunidad para reflexionar, a la luz de la Biblia, sobre la unidad y diversidad entre los pueblos. En Cristo, la barrera entre razas y culturas es derribada, como enseña el apóstol Pablo en Gálatas 3:28: «Ya no hay judío ni griego... porque todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.» A través de la obra redentora de Jesucristo, se crea una nueva humanidad, reconciliada y unida, donde la diversidad no es motivo de división, sino una expresión de la creación de Dios.

Jesucristo, como reconciliador, vino a traer paz y justicia, llamándonos a vivir en amor y respeto hacia los demás. El mandato de amar a nuestro prójimo (Mateo 22:39) se aplica no solo a los cercanos, sino a todos los seres humanos, sin importar su raza o cultura. Esta enseñanza nos invita a rechazar el racismo, la opresión y la discriminación, y a abrazar la dignidad que Dios ha otorgado a cada persona, hecha a Su imagen (Génesis 1:27).

En este contexto, el Día de la Raza se convierte en un recordatorio de la visión final del reino de Dios, donde personas de todas las naciones y lenguas se unen en adoración a Dios (Apocalipsis 7:9). Así, no solo celebramos la mezcla de culturas, sino también el plan eterno de Jesucristo, quien nos llama a la unidad, la reconciliación y el amor a través de su sacrificio redentor.

Oración

Te damos gracias por el amor inmenso que nos has mostrado a través de Jesucristo, quien nos ha reconciliado a todos, sin importar nuestra raza o cultura. Te pedimos que, así como Cristo derribó las barreras de separación, nos ayudes a ser instrumentos de paz y unidad en un mundo dividido. Que podamos vivir según tu mandamiento de amar a nuestro prójimo, valorando la dignidad de cada persona creada a tu imagen. Señor, haznos agentes de reconciliación, justicia y amor, para que reflejemos tu reino aquí en la tierra. En el nombre de Jesús, amén.