Doce bueyes

El pasaje que relata parte del mobiliario del templo que Salomón dirigió en su edificación y decoración dice que había un altar de bronce, también un mar de fundición que estaba «asentado sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban al norte, tres al occidente, tres al sur y tres al oriente; y el mar descansaba sobre ellos, y las ancas de ellos estaban hacia adentro» (2 Crónicas 4:2-5).

Podemos hacer un buen análisis y reflexión acerca del pasaje, trayéndolo al lugar donde hoy está el altar: la iglesia, la congregación. El mar de la presencia de Dios la inunda permanentemente, y ella está «asentada sobre doce bueyes» . Quiero pensar que estos bueyes tienen un trabajo o responsabilidad muy especial, pues traen rendimientos en el ministerio y aportan grandes réditos espirituales de sabiduría e inteligencia para la iglesia.

El buey es un animal doméstico, de carga o de servicio. Se asocia con el servicio, así como Cristo, quien vino no para ser servido sino para servir (Mateo 20:28). También representa humildad y sometimiento, y podría asociarse a la idea de sacrificio, dado que era uno de los animales ofrecidos a Dios en el Antiguo Testamento.

Hay un gran aporte de conocimiento del terreno (la mies), de pericia en el manejo de la yunta (herramientas de trabajo); y qué decir cuando de los bueyes se aprende a trabajar: su experiencia, mansedumbre y obediencia se vuelven modelos de grandes y productivas tareas en la obra y para la gloria de Dios.

Ellos están asentados: tienen un lugar firme y claro para su estancia, la iglesia, la congregación. Y dice que son "doce". ¿Será posible pensarlos en referencia a los doce apóstoles de Jesús, sobre quienes recayó la responsabilidad y el cuidado de la iglesia a Su partida? Dice también que miran, repartidos en grupos de tres, hacia los cuatro puntos cardinales de la tierra. Siempre ha sido así con los apóstoles de Jesús y su obra; a la iglesia se le ha encomendado el cuidado pastoral de toda la tierra.

Creo que es honroso, en aras del trabajo, la dedicación y el esfuerzo, el trabajo "como de bueyes" que en el ministerio desempeñan los apóstoles en la congregación. Así dice el apóstol Pablo en 1 Corintios 9:9-10:

«Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto.»

Esta descripción refleja una buena reflexión acerca del trabajo que, como bueyes, desempeñamos "asentados", con visión y responsabilidad.

Punto de acción

Puedes encontrar tu lugar en la iglesia (buey) y cumplirlo con diligencia, hallando aquí una buena manera y expresión para la congregación.

Lectura bíblica recomendada: Génesis 17