EBEN-ÉZER2

Mirando la mano de Dios en nuestra vida y familia y la constancia de agradecimiento, debemos levantar juntos a Dios la piedra de nuestro Eben-ézer por lo que Él ha hecho. Por eso Samuel dijo: “Hasta aquí nos ha ayudado Dios”, y como la piedra de nuestra alabanza debe ser demasiado pesada, ya que los motivos de alabanza son tantos, no podemos levantarla solos. Como familia, padres, hijos y hermanos, incluso familia extendida, debemos unirnos en la expresión de gratitud y levantar juntos la piedra del memorial con la que reconocemos y recordamos que “Hasta aquí nos ha ayudado Dios”.

Esta piedra de ayuda llama la atención respecto a tres cosas que hacen reflexionar:

1. Fue colocada después de una derrota: Es bueno recordar la derrota que se ha sufrido, y aún en medio de la gozosa victoria, no olvidar que la batalla se habría convertido en una derrota si el Señor no hubiera estado de nuestro lado. Debemos recordar nuestras derrotas, cuando hemos salido en nuestras fuerzas, resueltos a someter nuestras situaciones, solo para descubrir que éramos tan débiles. No había fuerza, ni capacidad, ni destreza para ello. Lamentablemente, hemos olvidado nuestros fracasos en la intimidad con Dios y en la oración, cuando no dependíamos de Él para obtener nuestra fortaleza. No hubiéramos hecho nada sin Él. Miramos las derrotas anteriores y el regreso victorioso; eso es lo que da relevancia a colocar la piedra de la gratitud.

2. La ocasión de su edificación: Fue puesta para recordar y ayudar a las siguientes generaciones a recordar los favores y regalos de Dios. A pesar de nuestros pecados, Él obró. Piensa en tu condición como puntos negros pintados en una hoja blanca, y es eso lo que realza aún más la intensidad de la misericordia de Dios.

3. La inscripción que llevaba: Eben-ézer, “Hasta aquí nos ha ayudado Dios”. No conozco una palabra que pueda expresar la sorpresa y el asombro que nuestras almas deberían sentir ante la bondad de Dios para con nosotros. Es la mejor manera de declarar que es más maravilloso que Dios sea tan bueno contigo y tu familia, que quizás se hayan olvidado de tal bondad. Es un milagro de milagros.

Punto de acción

Trae a memoria todos los fracasos mientras estás en el monte de gozo, como una manera de evitar la confianza en ti mismo, la fuerza y jactancia en la criatura, y que te impulse a alabar al Señor, que “Hasta aquí nos ayudó mi Dios”.

Lectura bíblica necesaria: 1 Samuel 1(RVR60)