Escondedero y refugio

¡Vendrán vientos turbulentos, furiosos, devastadores! ¡Vendrá el turbión como un terrible aguacero, un chaparrón y parecerá acabar con lo que estaba en pie!

Y ahora la pregunta ¿Quién escapará de terrible viento? ¿A quién no le alcanzará el turbión?

Escapará el que tenga escondedero donde guardarse, protegerse, No le alcanzará a quien le sea más fuerte el lugar de refugio que el lugar amplio donde el turbión obra inclemente.

El profeta Isaías nos da una idea clara, eterna, permanente, más fuerte que todo por el carácter de quien será nuestro escondedero y refugio: “Aquel varón…”, es Jesús mismo nuestro lugar seguro. Pero hay una claridad lógica al respecto: HAY QUE ESTAR DENTRO , fuera de Cristo no hay nada que hacer cuando la tempestad se avecina. Estar afuera es seguir actuando como creyente en su propia opinión, en su obras, sentimientos y logros. Eso es estar afuera, poniendo el yo antes que a Cristo. Todo ésto invalida la obra de Cristo y no podrá cubrirnos, guardarnos ni protegernos si no estamos en Él.

“Aquel varón…”, Jesús se ofrece a recibirnos y escondernos porque en la vida habrá:

• - Huracanes inevitables que rugen dentro causando terribles confusiones en la mente y el corazón del creyente
• - Tempestades insuperables de tragedia espiritual que deja el pecado no confesado
• - Vientos recios de afuera que como enemigos se levantan calumniando, amenazando, ofendiendo nuestra vida en Cristo
• - Olas altas y fuertes por pérdidas temporales, emocionales y muchas aflicciones.

¿Quién es “Aquel varón…” Jesús, que puede hacer todo eso?

• - Es Dios hombre que tiene poder para calmar la tempestad
• - Es verdadero hombre que vivió esas aflicciones y puede compadecerse de nosotros
• - Ante el Padre fue nuestro sustituto para librarnos de la ira divina, de los ataques de Satanás y de todas las dificultades propias de nuestra naturaleza
• - Él triunfó a todo ello, Suya es la victoria. Nuestra también.

¡Que nadie esté fuera de Cristo porque la tempestad se avecina!
¡Que vengan todos a este escondedero y refugio, porque Él es el lugar seguro!.

Punto de acción

Hay una gran invitación para ti: ¿huracanes? ¿tempestades? ¿vientos recios? ¿olas inmensas? Ven a Jesús tu lugar seguro, es lugar espacioso, todavía hay lugar para ti.