Ago20
La mejor carrera
► Hebreos 12:1
El trabajo de quince ingenieros y más de mil horas en el túnel de viento fueron necesarios para crear la VengeViAS, la bicicleta de carrera más "rápida" del mercado. Su misión es ser un misil sobre el asfalto, recortando terreno metro a metro. Un profesional invertirá 37 millones de pesos en esta bicicleta con tal de ganar la carrera.
La Biblia compara la vida del cristiano con una carrera, en la cual, para correr bien, debemos despojarnos de todo peso y de todo pecado. Creo que todos tenemos claro lo que es el pecado; es todo lo que nos separa de Dios. Lo que a veces nos resulta difícil de comprender es qué es el peso o lastre; no necesariamente tiene que ser algo malo, pero si nos impide llegar a la meta, se convierte en un obstáculo.
Hay situaciones en nuestras vidas que no son pecado propiamente, pero nos restan eficiencia en nuestro caminar. Ningún corredor lleva peso extra durante la competición, por mucho cariño que le tenga a lo que está llevando. En el texto se recomienda dejar a un lado todo peso que nos reste velocidad; estos pesos podrían ser rasgos en nuestro carácter, situaciones en nuestro pasado con las que no hemos lidiado, o relaciones insensatas con otras personas. También se refiere al tiempo excesivo dedicado a cosas que no son imprescindibles.
El escritor de Hebreos 11 hace una lista de personajes que se despojaron de lastres, mayores o similares a los nuestros, pero que, a pesar de todo, pudieron terminar su carrera y así honrar a Dios por medio de la fe.
Así que, con esos testigos, nadie tiene excusas para no terminar su propia carrera con gozo.
Punto de acción
Piensa en aquellas cosas que son un lastre en tu vida, que has cargado durante mucho tiempo y que han restado rendimiento en tu vida espiritual y emocional. Despójate de eso hoy; no postergues tu avance y tu caminar en el Señor. Realiza una parada estratégica para analizar qué cosas son peso en tu vida y cuáles otras son pecado.
A cada uno de nosotros nos es necesario correr nuestra propia carrera a la manera de Dios y no a la nuestra.