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Mar08
Las mujeres no lloran…
Mes // Marzo

► Lucas 7:13 (RVR60)
La famosa cantante barranquillera, ha puesto de moda, como símbolo de empoderamiento de la mujer; la famosa frase. “Las mujeres no lloran…”
Al ofrecer condolencias se le suele decir al doliente, «no llores» pero, ¿Cómo no voy a llorar? si se murió mi madre, mi abuelita o mi primo. ¿Cómo me dices que no llore?
Sin embargo, encontramos a Jesús diciéndole; a una mujer que acababa de perder a su único hijo; «No llores». Jesús no está enviando a esta mujer a “facturar”, ni exhortándola a soportar el dolor sin llanto. ¡Dios! ¡Había muerto su hijito! ¡Que dolor tan profundo estaba sintiendo! Y alguien le dice: «No llores». Parece de locos. El mensaje de Jesús era totalmente contrario. Era un llamado a la esperanza, a lo mejor por venir, como efectivamente sucede en el pasaje, cuando su hijo fue resucitado.
Ante la infidelidad y desobediencia de Israel, Dios amenaza y los exhorta al llanto por lo que perderán como castigo. (Jeremías 9:12-22). ¡Como para no dejar de llorar! pero fue más grande Su Amor por ti y por mi que al enviar a Su Único Hijo a morir para pagar el precio, construyó un canal dispuesto a recibir nuestro lamento y a encontrar el consuelo que produce el saber que, en Ese, Su Hijo, vamos a experimentar la paz, detrás del llanto. Su Muerte nos regaló la esperanza de una Vida Nueva y Eterna, y allí:
«Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas han pasado». Apoc. 21:4
Punto de acción:
¡Mujeres! No dejemos de llorar por los que no conocen a Cristo, lloremos por nuestro país, por nuestros hijos, por los que sufren pobreza, depresiones, enfermedades, pero junto al llanto, llevemos palabras de esperanza, actuemos con amor por nuestros semejantes y al final digámosles: ¡Las mujeres no solo lloran, las mujeres proclaman que Cristo es Dios, es el Señor y Nuestro Salvador!.
Lectura bíblica necesaria: Lucas 7 (NVI)Al ofrecer condolencias se le suele decir al doliente, «no llores» pero, ¿Cómo no voy a llorar? si se murió mi madre, mi abuelita o mi primo. ¿Cómo me dices que no llore?
Sin embargo, encontramos a Jesús diciéndole; a una mujer que acababa de perder a su único hijo; «No llores». Jesús no está enviando a esta mujer a “facturar”, ni exhortándola a soportar el dolor sin llanto. ¡Dios! ¡Había muerto su hijito! ¡Que dolor tan profundo estaba sintiendo! Y alguien le dice: «No llores». Parece de locos. El mensaje de Jesús era totalmente contrario. Era un llamado a la esperanza, a lo mejor por venir, como efectivamente sucede en el pasaje, cuando su hijo fue resucitado.
Ante la infidelidad y desobediencia de Israel, Dios amenaza y los exhorta al llanto por lo que perderán como castigo. (Jeremías 9:12-22). ¡Como para no dejar de llorar! pero fue más grande Su Amor por ti y por mi que al enviar a Su Único Hijo a morir para pagar el precio, construyó un canal dispuesto a recibir nuestro lamento y a encontrar el consuelo que produce el saber que, en Ese, Su Hijo, vamos a experimentar la paz, detrás del llanto. Su Muerte nos regaló la esperanza de una Vida Nueva y Eterna, y allí:
Punto de acción:
¡Mujeres! No dejemos de llorar por los que no conocen a Cristo, lloremos por nuestro país, por nuestros hijos, por los que sufren pobreza, depresiones, enfermedades, pero junto al llanto, llevemos palabras de esperanza, actuemos con amor por nuestros semejantes y al final digámosles: ¡Las mujeres no solo lloran, las mujeres proclaman que Cristo es Dios, es el Señor y Nuestro Salvador!.
Autor: Janeth Medina David

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