No cierres tus ojos

Durante todo el libro de Levítico, vemos el ejemplo de Moisés sobre la importancia de mantener una comunión constante con Dios para poder hacer Su perfecta voluntad. En Levítico 18:21, Dios instruye al pueblo a no dar sus hijos a Moloc y en Levítico 20 nos muestra las consecuencias de la desobediencia.

El amor de Dios es tan profundo que, con anticipación, nos habla de lo que no le agrada. Dios no quiere que experimentemos el dolor por causa del pecado; sin embargo, el dolor para el que cree es parte de su proceso y muerte en Cristo, negándose a hacer la voluntad del mundo, del diablo y del yo, pero encuentra su recompensa y gozo en el Señor. Por ello, protege los grandes tesoros que Dios te ha dado.

Levítico 20:4-5 nos indica la actitud que debemos tomar como pueblo de Dios frente al pecado y también señala las consecuencias de la desobediencia. El pecado no solo trae consecuencias sobre quien lo comete, sino también sobre todo aquel que cierra sus ojos ante el mismo. La Biblia utiliza dos palabras fuertes: fornicar y prostituirse, y aunque no es muy cómodo pronunciarlas, es necesario no pasarlas por alto.

A veces nosotros no pecamos directamente, pero aceptamos o cerramos los ojos ante el pecado de otros y eso nos contamina.

1 Corintios 6:12 «Todas las cosas me son lícitas, más no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna» (RV60). Me encanta este texto porque nos llama a discernir dentro de las cosas lícitas (aquellas que a simple vista no parecen inadecuadas), cuáles no nos convienen y cuáles nos están dominando.

En los versículos siguientes, del 13 al 20, se nos recuerda cuál debe ser nuestra motivación más grande para llevar una vida santa: el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; Dios nos levantará con Su poder; somos miembros de Cristo: «el que se une al Señor, un espíritu es con Él; huid de la fornicación; somos templo del Espíritu Santo, el cual tenéis de Dios; fuiste comprado por precio; glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios» .

Necesitamos, como hijos de Dios, afirmarnos en estas verdades para no desviarnos del camino y mantenernos limpios.

Fuimos diseñados para ser parte del cuerpo de Cristo y para llevar una vida que lo glorifique. Dentro de los sinónimos de fornicar se encuentran adulterar y prostituir. Si te detienes en los versículos de Corintios que hemos leído, te darás cuenta de que el Señor nos dice no forniques (implícitamente nos está diciendo ni adulteres ni te prostituyas). Adulterar significa alterar fraudulentamente la composición de una sustancia, y en el caso de prostituirse, Levítico 20:4-5 utiliza la expresión para aquellos que cerraron los ojos ante el pecado.

Mantén tus ojos abiertos. Cantares 2:15 «Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne» (RV60). Si lees Levítico 20:22-26, descubrirás el amor de Dios. Cuida la heredad que Dios te ha dado; Dios quiere que disfrutes de la tierra donde Él te ha puesto. Has sido apartado, escogido; sé santo.

Oración

Señor, oramos para que en este tiempo, por tu Espíritu Santo, nos enseñes a discernir todo aquello que debemos quitar de nuestra vida, porque contamina la heredad que Tú nos has dado. Ayúdanos a mantener nuestros ojos puestos en Ti, para que llevemos una vida que te glorifique. En el nombre de Jesús, Amén.