¡No le tengas temor!

Este es el día que Dios te ha dado para que te acerques a Él. Sin embargo, al mismo tiempo que consideras su invitación, también sientes tu falta de dignidad. En lugar de mirar a Cristo, ves tu pecado, tu debilidad y tu frustración.

Pero... ¿Qué dice Dios?
«En Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha entrado al cielo. Así que sigamos firmes en la fe que tenemos.» Hebreos 4:14

En el Antiguo Testamento, un sumo sacerdote era una persona escogida por Dios para presentarse delante de Él a favor de un pueblo. Esto debía hacerlo una vez por año. Pero Jesús se ofrece a sí mismo como ofrenda voluntaria a Dios, todo el tiempo y todos los días por tu pecado. Está a favor tuyo, intercediendo delante del Padre y quitando todo obstáculo que te impida acercarte a Él.

«Él fue tentado tal como somos tentados nosotros, con la única diferencia de que él nunca cometió pecado.» Hebreos 4:15

Jesús puede entender tus tentaciones y flaquezas porque también Él fue tentado en todo, pero no cedió al pecado. «Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.» Hebreos 2:18

«Pues bien, acerquémonos con confianza al trono de Dios, que es generoso. Allí recibiremos su compasión y su bondad para ayudarnos cuando lo necesitemos.» Hebreos 4:16

Punto de acción:

Si hoy crees que no te mereces su bendición, no te alejes de Dios. ¡Acércate! Jesús está obrando a tu favor.

Lectura bíblica necesaria: 2 Corintios 5:11-17 (LBLA)