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Sep26

Nuestra herencia.

Mes // Septiembre 2024

Nuestra herencia.
«Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.»
► Filipenses 2:9-11

«Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás.» Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor.»

El humanismo ha sumergido al ser humano en una espiral de confusión y desorden existencial. Por un lado, atribuye al homo sapiens un lugar de eminencia que solo le corresponde a Jesucristo; y por otro, fomenta el relativismo moral que niega los principios que garantizan la vida. Como consecuencia, durante el siglo del humanismo, en dos guerras mundiales perecieron más de 44 millones de personas. El hambre, las pestes y el deterioro ambiental son la herencia de un siglo que pretendió poner al hombre en el lugar de Dios y a Dios en el lugar del hombre.

Por eso, cuando leemos salmos como este, nos sorprende que el propósito de la Creación no sea complacer al ser humano, sino glorificar al Hijo de Dios: a Jesucristo.

Este salmo profético acerca del Salvador revela la intención del Padre hacia su propio Hijo: «Pídeme, y te daré por herencia las naciones.»

Esta conversación contiene una sorprendente declaración: todas las naciones del mundo llegarán a estar bajo el gobierno del Hijo. Sin embargo, es necesario pedirlo: "pídeme". En Juan 17, Jesús hace precisamente eso:

«Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.» Juan 17:1-3

Punto de acción

Jesús dio de comer a los hambrientos, sanó a los enfermos, consoló a los desposeídos y amó a los marginados de la sociedad. Millones de creyentes han seguido Su ejemplo a lo largo de los siglos; y cuanto más serios han sido los problemas sociales, mayor ha sido el anhelo de hombres y mujeres cristianos de encontrar alivio para todos estos males.

Los cristianos han establecido hospitales y escuelas, promovido reformas carcelarias, fundado orfanatos, provisto alivio contra el hambre a través de comedores comunitarios, elevado la condición de la mujer y trabajado arduamente para abolir prácticas de crueldad social, como el canibalismo, el infanticidio y la ablación.

Hoy en día, comités de creyentes cristianos están luchando por eliminar el aborto, la eutanasia y la eugenesia. Otros trabajan diligentemente contra el abuso sexual infantil, la explotación laboral de menores, la drogadicción, el alcoholismo, el maltrato familiar y las ludopatías. También hay quienes ayudan a personas que desean salir de adicciones sexuales o que están luchando con confusión sexual e identidad de género.

Asimismo, existen organizaciones cristianas que coordinan acciones contra problemas persistentes, como los prejuicios hacia los extranjeros y la exclusión social.

¿Dónde estás tú?


Lectura bíblica recomendada: Salmos 2 (RVR60)

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