Por la familia

La Familia: Un Regalo Preciado de Dios

Está comprobado que Dios es un Dios de familias. (Génesis 1:27-28) Dios ama las familias y desea bendecirlas. (Génesis 28:14) Resulta imposible imaginar una vida sin ningún tipo de apoyo familiar.

Sin embargo, aunque la familia es un regalo precioso, una idea maravillosa de Dios, está expuesta a enemigos tanto externos como internos. Analicemos ambos tipos:

Enemigos Externos

El embate a la familia no es algo nuevo. El primer ataque contra la familia ocurrió en Génesis, y como nunca antes en la historia, nuestras familias están bajo un tremendo ataque. El ladrón quiere hurtar y destruir lo que Dios quiere bendecir. Algunos de los enemigos externos son:

• Ideologías humanistas: La presión socio-cultural, la presión económica, y el hedonismo que valora solo las apariencias físicas, entre otras.
• El engaño viene en forma de medias verdades, es decir, los enemigos externos suelen disfrazarse de “verdad”. (Colosenses 2:3-4)

Enemigos Internos

«Jesús conocía sus pensamientos y les contestó: “Todo reino dividido por una guerra civil está condenado al fracaso. Una ciudad o una familia dividida por peleas se desintegrará.”»
Mateo 12:25

• Apatía: Desentenderse. Estamos conectados a la tecnología pero ausentes en las necesidades del hogar. (1 Timoteo 4:16)
• Falta de tolerancia: ¿Te molestas rápido y constantemente con tus familiares? (Mateo 7:12)
• Malas decisiones: El hijo pródigo es un buen ejemplo. (Lucas 15:11-32)
• Muy ocupados: ¿Somos proveedores de fe, paz y armonía en nuestro hogar? (1 Timoteo 5:8)
• Falta de sinceridad: ¿Nuestro amor y respeto son sinceros? (Romanos 12:9)

¿Cómo está tu familia?

¿Está fuerte, vibrante y teniendo buenas relaciones entre todos, o está llena de cólera, gritos, protestas y desesperación?

¿Qué debemos hacer para reconquistar y fortalecer nuestras familias?

• Reconocer el problema (aunque duela): «Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos.» (Romanos 13:11)
• Entender que Dios proporciona la solución: «Si el Señor no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo.» (Salmo 127:1 NTV)

Punto de Acción

Hoy te invito a orar unos minutos por todas las familias de la tierra, para que podamos influenciar positivamente en ellas y Dios nos permita verlas crecer en amor y respeto. Amén.