¿Qué anda mirando la gente?

Realmente las personas andan deambulando y mirando, pero no logran realmente ver lo importante. El ojo del hombre como el de los animales fue dado para mirar, pero el ojo en sí, no tiene la capacidad de escoger qué mirar ni a qué mirar que sea para su provecho. Esa, en cambio es la capacidad dada por Dios al ser humano de tener visión, de contemplar y observar más allá de simplemente mirar, porque de esa manera podrá evaluar y discernir entre lo que sirve y lo que no. Es ahí cuando el salmista proclamó la gran verdad que nos ocupa, al enseñarnos que hay un punto fijo, alto, excelente a dónde mirar y ese es Él.

El salmista encontró que de acuerdo a lo que el hombre mira, recibe para su vida. El deseo de Dios es que una vez lo miremos a Él sucedan cosas especiales en nuestra vida, como le sucedió a Moisés según lo dice la Escritura en Hebreos 11:24-26:
“teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible”.
Moisés tuvo puesta la mirada en algo superior a sus circunstancias terrenales: en su futuro galardón. Eso era más importante que lo que los egipcios y también los de su mismo pueblo pudieran hacerle, porque era eterno, inmarcesible, un tesoro incontaminado que permanecería para siempre, y por eso él lo esperaba.

Además, dice que en quien uno coloca su mirada le da seguridad respecto de las reacciones e incomodidades que pueda provocarle el trato con las personas y el efecto de las situaciones normales de la vida: Moisés miraba al Invisible, por eso el salmista escribió que los que miran al Señor, al Invisible, a Él, son alumbrados y ese resultado nos libra de las vergüenzas que puedan dejarnos el enfrentamiento con las circunstancias y las personas.

Ahora…
¿QUÉ ANDAS MIRANDO?

Punto de acción:

Hoy puedes tomar la decisión de mirar a las circunstancias y a las personas, pero te perderás de la verdadera luz que alumbra y no avergüenza, Mirar al Señor, al Invisible, Él define la luz con que alumbra tu vida en el lugar y el círculo de personas donde te muevas; El galardón tiene tu nombre, Él lo ha dado, el Señor lo compró para ti, el Invisible está contigo y hace la vida diferente. Ya no hay que andar deambulando y solo mirando... le puedes dar un propósito y sentido eterno a tu mirar.

Lectura bíblica necesaria: Romanos 12 (PDT)