Skip to main content
Sep16

Que me cueste

Mes // Septiembre 2024

Que me cueste
«Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio; porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste. . .» ► 1 Crónicas 21:24

Nuestro amor a Dios se revela dando lo mejor.

Eso incluye las diferentes facetas de nuestra personalidad, y una de estas es un inmenso sentimiento que va aún más allá de la demanda del dolor físico o psicológico, y es la Pasión.

La palabra proviene del latín passio, que significa “sufrir” y, quizá también, “padecer”. Tiene una raíz etimológica en común con “paciencia”. La pasión expresa la vehemencia o intensidad de los sentimientos afines. En el lenguaje del amor, se caracteriza por ir más allá de la razón y la voluntad.

El rey David fue un buen ejemplo de ello. En la porción bíblica de 1 Crónicas 21:24, él fue apasionado al declarar: «No ofreceré a Dios algo que no me cueste».

Ante tal declaración, seguramente nos viene a la mente el costo de la inversión sacrificada, más allá de lo común, de nuestro tiempo, recursos y labores. No fue poco. Y, ante tal evaluación, es bueno no olvidar que, cuando nos desafiamos en darle a Dios de esta manera, es porque recordamos quién es Él, quien nos dio hasta la vida de Su Hijo Jesucristo por amor a nosotros. Y, más importante aún, no necesita nada de nuestros recursos. ¡Él es Dios suficiente!

Otro ejemplo que nos ilustra mucho es la acción, como una muestra evidente de la pasión por Jesús, hecha en Betania, en casa de sus amigos.

Amar a Jesús, dándole lo mejor, es lo que se aprende de aquel momento. La acción la realizó María, pero no estaba sola; había en el lugar otras personas que incluso se molestaron con la manifestación de amor hacia Jesús. Salió a flote la mezquindad de algunos corazones, y ni qué decir de Judas, de quien se esperaba alguna acción noble como la de María, pues era discípulo. Pero todo lo contrario, habló reprochándola y reclamándole.

«Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume»
Juan 12:3

Es por eso que la pasión, como una forma de dar lo mejor a Dios, nos permite involucrar toda nuestra personalidad, afectos, razón y voluntad, así como nuestra área física, en expresar permanentemente nuestro refinado gusto por darle la preferencia solo a Él.

La vida, la relación con Dios, la búsqueda de Su presencia, actuar y trabajar para Él, deben ir impregnados de lo que la pasión por Su amor nos motiva.

Oración

Te amo, mi Dios. Quiero vivir apasionado por ti y demostrártelo a cada instante. Quizá tanto el sufrir como el padecer y la paciencia me sean necesarios para crecer en mi exquisito gusto y preferencia por ti.

Lectura bíblica necesaria: Romanos 12 (RVR60)

Autor

María Piedad Mesa

María Piedad Mesa

Escritora de:
Busca Amar a Dios y Ser Ejemplo
Bendito el Fruto de tu Vientre

Leave a comment

You are commenting as guest. Optional login below.