Tiempo de tocar trompeta

Moisés recibió la instrucción durante su tiempo de oración, su tiempo íntimo de comunión con Dios. Moisés tenía un carácter obediente, un hombre que fue transformado en la presencia del Señor y que aprendió a escuchar la voz de Dios.

El Señor instruyó a Moisés para que elaborara dos trompetas con el propósito de convocar a la congregación y hacer mover el campamento. El sonido de las trompetas indicaba que debían dirigirse a la puerta del tabernáculo de reunión, el lugar donde se encontraba la presencia de Dios. Es maravilloso saber que hoy en día nosotros tenemos el privilegio de ser el templo del Espíritu Santo.

Tocar la trompeta se convirtió en un estatuto perpetuo por todas las generaciones. Los versículos 8 y 9 nos recuerdan dos momentos importantes para tocar trompeta: cuando los enemigos venían a molestar y en el día de vuestra alegría. Mientras leía este capítulo, meditaba sobre cuál es nuestra trompeta hoy, y el Espíritu Santo traía a mi corazón que se trata de la oración, voz en cuello dirigida al padre.

La Biblia nos invitan a orar:

• Sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17),
• En todo tiempo (Efesios 6:18),
• Perseverando y rogando (Hechos 1:14),
• Hacer oración (Santiago 5:13),
• Siempre y no desmayar (Lucas 18:1).

No sé cuáles sean los enemigos que te molestan (la pereza, el mal genio, la dureza de corazón, la falta de disciplina, el exceso de trabajo, la mentira) ni tampoco cuáles son tus motivos de alegría, pero hoy quiero que toques la trompeta. Sé que muchas veces las circunstancias determinan nuestro tiempo de oración (lo sé porque lo he vivido) y es difícil lograrlo, especialmente cuando las cosas no marchan bien. Pero ¿sabes algo? Mateo 6:6 nos recuerda algo muy importante: «Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento y, cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en lo público».

Es fácil centrarnos en la parte final de este versículo, "la recompensa", pero hoy quiero que recuerdes que tocar trompeta es ir a la presencia del Padre, no solo en medio de las dificultades, sino también en el tiempo de fiesta (el segundo motivo). Tenemos un Padre que conoce nuestro corazón, que desea salvarnos de nuestros enemigos y que anhela disfrutar cada uno de nuestros logros. ¿Sabes cómo cierra Números 10:10? «Yo Jehová vuestro Dios» (RV60). Es una invitación directa del Padre para que, sin importar las circunstancias, toques la trompeta y corras a la presencia de Dios.

Punto de acción:

ORACIÓN: Señor, hoy quiero aceptar tu invitación. Sé que es el tiempo de tocar trompeta. Te pido que me ayudes a poner mis ojos no en las circunstancias, sino en la grandeza de tu nombre. Toma mi mano y guíame a tu presencia. En el nombre de Jesús. Amén. ¿Qué harás hoy para experimentar más cerca a Dios?

Lectura bíblica necesaria: Numeros 10 1-10 (TLA)