Un buen comienzo

Mucha gente se acerca a Dios solo cuando tiene problemas, pero cuando todo va bien, se olvidan de que Él existe.

Dios quiere ser tu amigo (no un conocido casual, Juan 15:15), te ofrece su amistad y desea que esa relación perdure para siempre.

Tener una amistad con Dios es conocerlo a Él, es "descubrir" lo que Él tiene para ti:

• - Cercanía íntima.
• - Acceso directo.
• - Información personal "confidencial".

Pero para poder disfrutar y tener acceso a eso, es necesario apartar tiempo, estar a solas con Él y conocer sus pensamientos a través de Su Palabra.

¡Bien haces al apartar tiempo para Dios!
Si estás leyendo esta reflexión, es porque valoras tu relación con Dios y seguramente no quieres descuidarla.

Parece difícil hacerlo si no entiendes que es un espacio de descanso para disfrutar de Su presencia. ¡Considerarlo como lo más importante, lo más necesario!
Es como cuando estás sediento y necesitas beber agua. Así es que quienes lo hacen, son quienes le aman (son saciados):

«Dios ha preparado para los que lo aman cosas que nadie ha visto ni oído, y ni siquiera pensado.»
1 Corintios 2:9 (DHH)
Hoy Jesús te recuerda que te ama y que te espera en la primera cita del día.

Oremos:

Dios de amor, de perdón y de gracia. Tu amistad es lo más valioso que puedo tener, por eso no quiero pasar de largo y comenzar el día sin hablarte y escucharte. Que tu Espíritu Santo mantenga vivo el fuego como el primer día. ¡Amén!

Lectura bíblica necesaria: Salmo 25 (DHH)