Visión Misionera Parte 1

Este verso ha impresionado mi vida últimamente, pues, aunque sencillo, es muy profundo.

Jesús fue el mejor misionero transcultural que hayamos conocido. No llegó desde el Medio Oriente hasta Asia, América o África, sino que su alcance fue mucho más lejano: desde el cielo a la tierra.

Hace unos siglos, los misioneros ingleses llegaron a la India e hicieron una maravillosa labor evangelizadora. Casi todo el país se hizo cristiano, incluso se habla de que Gandhi recibió la influencia cristiana del ministerio de los ingleses. Motivado por conocer al país más cristiano del mundo, Inglaterra, quiso entrar a una iglesia anglicana, pero en la entrada le prohibieron el acceso porque allí no se recibían “Parshis”.

Gandhi iba vestido con la túnica típica de su país, lo que lo hizo no apto para ingresar. Él se decepcionó de la iglesia inglesa y concluyó lo siguiente: “Los ingleses tienen un gran Dios, pero Dios tiene pésimos ingleses”. Tal vez otra sería la historia si le hubieran permitido entrar a la iglesia.

Los ingleses trataron de colonizar a sus habitantes. No solamente transportaron el evangelio, sino que quisieron que aprendieran a vestir con la elegancia inglesa, a tomar té y a jugar al críquet. Y como no daban la talla en raza ni en cultura, se enfatizaba en lo que se permitía a los locales y lo que podían hacer los misioneros y funcionarios extranjeros.

Existe una gran diferencia entre evangelizar y colonizar. Lo que vemos en Juan 1:14 son dos cosas:

• 1. «El Verbo se hizo carne.» Debía nacer, morir, tener hambre, sueño, frío, calor, etc. Era dejar la eternidad para permanecer en temporalidad; era dejar el cielo para morar en la tierra. Filipenses 2:5-11 lo explica con mayor detalle: Jesús, aun siendo en forma de Dios, mantuvo el milagro de ser un humano con todas sus características.
• 2. «Habitó entre nosotros.» Esto es hacerse parte de la cultura local. Por ejemplo, no es llegar a un país y ser colombianos dentro de ese país, pretendiendo comer la comida de nuestra nación y rechazando la de la localidad. Mientras en Colombia se come arepa, en Centroamérica se comen tortillas, y si los frijoles (así se dice en Centroamérica) en Colombia son rojos y grandes, en Centroamérica son pequeños y negros.

Un misionero nuestro en San Salvador nunca tuvo éxito porque a todos sus discípulos, además de enseñarles la agenda de vida, les daba un curso de cómo debían cocinar la comida colombiana, porque esa era la verdadera saludable y correcta. Un enorme error tratar de colombianizar a los salvadoreños.

Punto de acción

Como hijo de Dios y por tanto misionero donde estés ahora y en lo que estés haciendo, ¿tienes la sensibilidad de entender a los que te rodean y ser un ejemplo vivo del que habita en ti? ¿Podrías tener el sentir que tuvo Jesús, alejar su mirada de sí mismo y dejar que el Espíritu Santo te haga testimonio impactante y luz a tu alrededor?