Visión Misionera Parte 2

Jesús hizo lo contrario, se hizo carne y habito entre nosotros, esto es lo llamamos contextualizar el mensaje; sin embargo, hay un peligro al exagerar la contextualización pues podemos perder de vista nuestra identidad, y caer en los errores del lugar al cual vamos. Hay que ser judío con los judíos y gentil con los gentiles, pero puedo terminar cometiendo los errores aun doctrinales de ellos.

Por eso nos debemos dar el balance necesario manteniendo nuestra identidad. Lo vemos también en Juan 1:14

• «Y vimos su gloria.» Aunque Cristo se hizo judío en cultura, en nacimiento, en religión, a pesar de eso las personas veían que en Él había algo distinto, era diferente a los escribas de su época «Pues hablaba como quien tiene autoridad y no como los escribas»; las personas necesitan ver que el misionero a pesar de que en ciertos detalles él se acerca a esa cultura, es alguien que tiene algo diferente. Mientras Cristo estaba comiendo, viviendo, vistiendo, caminando, con ellos podía ver al unigénito de Dios.
• «Gloria como del unigénito del Padre.» Dentro de la contextualización cultural, podían ver al mismo Dios allí, por eso cuando a Jesús le dijeron «muéstranos al Padre» Él pudo responder «Yo y el Padre uno somos”» «El que ha visto a mí ha visto al Padre» .

El resultado de este proceso de motricidad ministerial fina fue que las personas pudieron ver que Cristo estaba lleno de GRACIA y de VERDAD.


• Gracia para entender las peculiaridades culturares de las personas a quienes vamos. En toda cultura hay un ancla en donde el evangelio ha quedado grabado por medio de la naturaleza (Romanos 1:20), la conciencia (Romanos 2:15) y la ley o religión local (Romanos 3:20). «Las cosas invisibles de Dios se han hecho claramente visibles….» Entonces en toda cultura y lugar debemos encontrar una huella de esa manifestación y de esa forma anclar nuestro mensaje del evangelio.
• Verdad para llegar con el evangelio verdadero y sencillo que conocemos, aquel que no se complica con las teologías profundas, sino que lleva paulatinamente de grado en grado a la madurez del discípulo, pero rescatando también los valores culturales que no riñen con la verdad.

Cuando yo llegué a Guatemala encontré que en sus orígenes los moradores indígenas tenían una leyenda, la del dios Iximche, el cual al abandonar los dioses al hombre el decidió derretirse con los rayos del sol para quedarse en medio del hombre y ayudarlo. En las estelas mayas representan esto con gotas cayendo de los dedos Iximche. Estas son el maíz, y por eso los guatemaltecos son llamados “Hombres de Maíz” en los libros de Miguel Ángel Asturias. ¿No creen que esta es una poderos ancla para hablar del verdadero Iximche, llamado Jesús, quien murió por amor a nosotros en una cruz?

Punto de acción

Necesitamos entonces misioneros que conozcan de esa motricidad fina para manteniendo su identidad de cristianos y de Cenfol, sepan hacer las adaptaciones transculturales contextualizando el mensaje.

Historia

Quiero terminar contando la historia de misioneros en el África en la época de David Livingston cuando era un continente no explorado. Uno de ellos con mucho esfuerzo logro juntar un grupo de fieles cuyas mujeres asistían a la iglesia con el torso superior desnudo dejando ver sus senos. Cuando su supervisor le visito luego de 5 años que pudo ser visitado, se escandalizo por eso y le pregunto: ¿Cómo es posible que tú puedas predicarles y ensenarles viendo los pechos desnudos de las mujeres? El misionero con humildad respondió: Al principio fue muy difícil, pero con el paso de los años, aprendí a hacerlo mirándoles solo sus ojos.