¡Avívalo!

Encender una fogata con leña, puede ser un desafío para muchas personas, particularmente si no cuentan con el fuego y el combustible adecuado. Es mucho más facil mantener un fuego avivado cuando ya se ha encendido, y se tienen brasas, que cuando se arranca de cero.

Así sucede con la vida espiritual. Dios en su infinito amor ha levantado personas que son usadas para encender la llama espiritual en otros; pero es responsabilidad de cada uno no dejarla apagar.

«Por eso te recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.»
2 Timoteo 1:6‭-‬7 (NVI)

¿Qué puede apagar tu llama?

• 1) Negligencia: No te sientes bien espiritualmente y no buscas a Dios, ni ayuda en tu mentor o líder. Te quedas callado y te vas apagando (Salmo 32:3-4)
• 2) Timidez: Sabes que tienes la facultad y el poder de obedecer al desafío de Dios, pero prefieres no asumir tu rol, por temor al hombre o a las circunstancias (Proverbios 29:25).

Punto de acción:

Dios te da el poder, el amor y el dominio propio que necesitas para seguir adelante.