Skip to main content
Dic11

Ayúdame

Mes // Diciembre 2024

Ayúdame
«No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalece; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.» Isaías 41:10

“Señor, Ayúdame”

«A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.»
Salmo 121:1-2

Si lo único que puedes orar es “Señor, ayúdame”, es posible que entiendas mejor este salmo.

Hay una desesperación envuelta en esa palabra: ayúdame. En mi vida he elevado muchas oraciones de “ayúdame”. Quizás tú también.

Todos experimentamos circunstancias agobiantes, y si lo permitimos, estos momentos pueden recordarnos lo mucho que dependemos de Dios. Como dice el versículo de hoy, hay esperanza en recordar de dónde proviene nuestra ayuda.

El Salmo 121 es un “salmo de ascenso”, un tipo de cántico de plegaria que los israelitas antiguos cantaban mientras se dirigían a Jerusalén para adorar a Dios en Su templo. Ellos se encontraban con territorios inciertos y peligros en el camino, pero mientras levantaban su vista a la Tierra Santa, predicaban valentía a sus corazones, proclamando que su ayuda la encontraban en su Creador, no en la creación ni en algún destino.

Después de declarar con certeza quién era su ayuda, ellos se recordaban a sí mismos cómo Él les ayudaría:

  • ✓ El Señor no permitiría que sus pies resbalaran.
    Salmo 121:3
  • ✓ Él protegería y guardaría a Su pueblo.
    Salmo 121:7-8
  • ✓ Su mirada vigilante siempre estaría sobre ellos.
    Salmo 121:4

No importa el momento de “ayúdame” en el que nos encontremos, Dios está siempre presente, supremamente interesado y personalmente involucrado.

Nosotros también podemos ver más allá de lo que existe para admirar a nuestro Creador, recordándonos que Jesús tiene poder ilimitado para salvarnos, sostenernos y llevarnos a casa con bien.

Nuestro viaje no siempre será fácil, pero el Dios que creó la montaña delante de nosotros es mucho más grande que cualquier ascenso peligroso. Su trono está en lo alto, pero camina con nosotros en lo bajo, observando cada uno de nuestros pasos temblorosos.

No hay vergüenza en una simple oración de “ayúdame”. Transmite nuestra desesperación mientras expresamos nuestra dependencia humilde. Confiesa que, aunque no conocemos el camino, conocemos a Quien sí lo conoce.

¡Clama a Dios!

  • Cuando estés cansado de perseverar: ¡Señor, ayúdame!
  • Cuando no sepas qué decisión tomar: ¡Señor, ayúdame!
  • Cuando la ansiedad nuble tus pensamientos: ¡Señor, ayúdame!

El Señor quizás no eliminará cada problema que encontremos en esta vida, pero Él está con nosotros a través de todo y escucha cada uno de nuestros clamores.

Oración

Padre Celestial, estoy desesperado por Tu ayuda. Por favor, guíame y sostenme en los terrenos difíciles, todo para la gloria de Tu Nombre. En el nombre de Jesús, Amén.

Lectura bíblica recomendada:
Salmo 121 (NTV)

Leave a comment

You are commenting as guest. Optional login below.