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Jun08

Como enfrentar las tormentas

Mes // Junio

Como enfrentar las tormentas
« Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían.»
► Nahúm 1:7 (NVI)

Lo importante no es huir de las tormentas, sino tener fe y confianza en que pronto pasarán y nos dejarán algo bueno en nuestras vidas.

Cuentan que un día un campesino le pidió a Dios le permitiera mandar sobre la naturaleza para que -según él – le rindieran mejor sus cosechas. ¡Y Dios se lo concedió!

Entonces cuando el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; cuando pedía sol, éste brillaba en su esplendor; si necesitaba más agua, llovía más regularmente.

Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor fueron grandes porque resultó un total fracaso. Desconcertado y medio molesto le preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas que creyó convenientes.

Tú pediste lo que quisiste, más no lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consuman, y purificarla de plagas que la destruyan

Así nos pasa: queremos que nuestra vida sea puro amor y dulzura, nada de problemas.

El optimista no es aquel que no ve las dificultades, sino aquel que no se asusta ante ellas, no se echa para atrás. Por eso podemos afirmar que las dificultades son ventajas, las dificultades maduran a las personas, las hacen crecer.

Por eso hace falta una verdadera tormenta en la vida de una persona, para hacerla comprender cuánto se ha preocupado por tonterías, por chubascos pasajeros.

Lo importante no es huir de las tormentas, sino tener fe y confianza en que pronto pasarán y nos dejarán algo bueno en nuestras vidas.

El profeta Habacuc vivió esos momentos de tormenta, al leerlo nos avisa del gran desastre que vivió, pero también nos lleva a encontrar los resultados de pasar la tormenta con fe y confianza en el propósito de Dios, igual que en nuestra vida, pasan… deben y tienen que pasar… solo Dios es eterno, todo lo demás que rodea nuestra vida es pasajero y trae una lección y la del profeta es hermosa: todo se perdió, solo le quedó Dios, el Dios de su salvación.

«Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos; aunque mienta la obra de la oliva, y los labrados no me den ni para mantenerme. Aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales; con todo eso yo me alegraré en el Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación. El Señor es mi fortaleza… y me hará andar sobre alturas »
Habacuc 3:17-18

Punto de acción:

No huyas de tu tormenta… Desarrolla tu fe y confianza en Dios para que esperes el fruto, el propósito de Dios cumplido en tu vida.

Lectura bíblica necesaria: Salmo 9 (RVR60)