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Dic12

Con amor y entrega

Mes // Diciembre

Con amor y entrega

«Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.»
► Filipenses 2:5-11 (RVR60‬)

Desde pequeños y quizás hasta en nuestra crianza, algunos de nuestros padres nos han hecho saber de la existencia de aquel que dio su vida por nosotros, así como también el valor fundamental que tuvo ese sacrifico en nuestras vidas.

Es por eso que de adultos varios de nosotros optamos por valorar esa grandiosa prueba de amor, que tuvo el señor Jesús, es decir, le honramos buscándole, aprendiendo de su palabra y poniéndola en práctica.

Pero… ¿Qué hay de aquellos que se olvidan de ese gran esfuerzo que hizo ese niño nacido en Belén?

No olvidemos que Jesús pudo haber seguido gozando de los distintos privilegios al lado de su Padre y el Espíritu Santo, pero en cambio, por la redención y la salvación de la humanidad, fue necesario que Jesús viviera esa dolorosa crucificación. Y todo esto con el fin de salvar a esta humanidad desobediente y merecedores de un castigo eterno.

Recuerda que para satisfacer la justicia de Dios y salvar a la humanidad, fue necesario que Jesús viviera en total obediencia a los designios de su Padre y se ofreciera voluntariamente como sacrificio para el perdón de los pecados, que habían separado al hombre de su Creador.

Punto de acción:

¡Oremos como una muestra de agradecimiento a Dios, por todo lo que en nosotros ha logrado!

En este tiempo te invito a que lo hagas y expreses tu gratitud a ese niño, que fue escogido por nuestro creador para el perdón de nuestros pecados, que lo veas como a un hermano, un amigo en el cual puedes confiar.

Lectura bíblica necesaria: Filipenses 2:1-11(RVR60)