Cuando Dios pelea por mi

A veces equivocádamente podemos llegar a pensar, que nuestra batalla es contra personas, grupos políticos, o sistemas económicos. Pero este pasaje nos enseña que muchas cosas se logran, cuando aprendemos a identificar contra qué nos enfrentamos y cuál es nuestro ayudador.

En este pasaje el pueblo de Israel ya había sido liberado del yugo egipcio; pero ellos seguían temiéndoles. Y seguramente habían razones de peso. Los egipcios habían terminado por esclavizarlos, les habían asesinado a sus hijos, y los habían despojado durante 430 años. Ahora ellos habían sido hecho libres, porque Dios los había liberado. Pero también tenían que aprender a escucharlo. Estar quietos, en lugar de ansiosa inquietud, y dejarlo obrar.

¿Cuál era la promesa?

«Los egipcios que hoy ven, no los volverán a ver nunca más. el Señor peleará por ustedes, de modo que ustedes no tendrán que levantar ni un solo dedo»."

Los creyentes hacemos más orando y esperando en el Señor, que angustiándonos y teniendo temor al hombre. Si esto te está ocurriendo, es porque necesitas escucharlo a Él.

Punto de acción:

«Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?.»
Isaías 51:12 (RVR60)