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Jul27

Dios escucha

Mes // Julio

Dios escucha
«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.»
►Filipense 4:6 (RVR60)

Cuantos afanes y ansiedades hay en nuestra vida, buscamos respuesta en muchas partes sin encontrar respuesta; lo incierto y desconocido de nuestro futuro nos provoca constante ansiedad y hace que nos afanemos con mucha frecuencia, por tal razón es necesario que aclamemos hasta encontrar respuesta y reposo en Dios Padre.

En Lucas 18.1-8, Jesús contó una parábola acerca de una viuda insistente que fue delante de un juez injusto.

La mujer molestó tanto al juez que este finalmente accedió a su petición solo para que ella se marchara. Jesús terminó la parábola diciendo: «¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche?».

¿Qué entiendes de esta parábola? ¿Es Dios un juez renuente? ¿Eres la viuda marginada? ¿Es la oración constante una manera de molestar a Dios hasta que no te tolere más y entonces cumpla tu petición? No, ésta es una parábola de contraste, no de comparación.

Dios no es como el juez de la parábola. Él no se niega a contestar las oraciones de su pueblo. Como hijo(a) del Rey, puedes buscarle en cualquier momento. Él nunca te pone en espera o te dice que llames más tarde. Dios ama el sonido de tu voz. Siempre. No se esconde cuando le buscas. Él escucha tus oraciones.

¿Pero por qué presentarle tus peticiones? ¿Cuál es el propósito, si él ya sabe lo que le vas a pedir? Orar es, en realidad, para tu beneficio. Te permite actuar con fe sobre lo que conoces de Su carácter. Cuando oras en forma específica, por tus problemas, y ves a Dios responder de cierta forma, tu fe crece. Llegas a confiar que Dios está contigo siempre, aún en los momentos de mayor ansiedad.

«Yo te he invocado, oh Dios, porque tú me responderás; inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.»
Salmo 17:6


Orar es una conversación con tu Padre celestial. Pones tus ansiedades o situaciones en sus manos y le recuerdas, y a ti mismo, de Sus promesas. Encuentras una promesa de acuerdo a tu problema y levantas tu oración alrededor de ella. Estas oraciones de fe tocan el corazón de Dios. Se desatan los milagros. Experimentas menos preocupación, más petición. Menos pensamientos ansiosos. Mas pensamientos de oración.

Punto de acción:

¿Te sientes cómo si molestases a Dios cuando oras? ¿Cómo afecta tu deseo de hablar con Dios saber que Él anhela escucharte? ¿Qué actitud tomas cuando oras? ¿Específicamente, por qué pensamientos ansiosos orarías hoy?

Lectura bíblica necesaria: Filipenses 4:1-8(RVR60)

Autor

Luz Estella González

Líder, TC Cenfol
Junto con su esposo dirigen Cenfol Apartado