En humildad

Cada uno de nosotros tiene valores importantes, pueden ser innatos, inculcados o culturales; y pensar que los propios son más elevados que los de los demás, es un vistazo a la arrogancia.

Dios murió por todos, no por algunos. Él apostó por lo que se había perdido, lo rescató, lo levantó, le dio una identidad.

Dios también da un valor a cada persona. Es un error desmeritar la vida de otros por lo que hacen, si bien no todos tenemos las mismas competencias académicas, todos sí tenemos talentos, virtudes y destrezas, es responsabilidad de cada uno fortalecerlas y ponerlas a disposición, y tener un provecho personal y también común.

El tener un concepto personal acorde con la palabra de Dios nos permite valorar lo que somos, potenciar lo que tenemos, vivir en convivencia social, y honrar a Dios por su obra y misericordia.

Punto de acción:

Ten cuidado con la altivez, en términos generales quien sufre de esta "grave enfermedad" no es consciente de ella y su manifestación es generar entornos difíciles a su alrededor entre otras cosas.

Hoy examínate a la luz de la palabra y quebranta tu corazón con reverencia ante Dios.

«¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.» Salmos 19:12

«Nadie tenga un concepto más alto de sí mismo que él debe de tener». Romanos 12:3