Skip to main content
Jul26

Insistentes

Mes // Julio

«Él, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios.»
►Hechos 10:4(RVR60)

Leer Hechos 10 siempre habla a mi corazón de una forma especial. Me asombra siempre las maneras y las cosas que Dios usa para hablarle a Sus hijos, realmente Él está atento a cada situación.

Siempre me ha gustado lo que nos enseña este capítulo sobre romper las estructuras mentales e incluso creencias culturales que tenemos. Es entender que en el reino de Dios, al cual pertenecemos, las cosas se hacen de una forma diferente. En el reino de Dios todos son amados e importantes y no hay acepción de personas, Jesús murió por todos.

Es muy importante esa enseñanza, pero hoy quiero que nos enfoquemos en otra persona... Cornelio. Es protagonista importante de esta historia y hoy tiene una lección para enseñarnos.

En los versículos 1 y 2 de Hechos 10 nos da la descripción de Cornelio:

«Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llama la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.»

Vemos que no nos dice que era judío, pero nos da una descripción que nos deja ver que creía genuinamente en Dios y practicaba una vida temerosa de Él, probablemente mejor que muchos judíos. Las últimas 4 palabras son las que quiero que recordemos hoy oraba a Dios siempre»

Realmente la oración debió haber sido el hábito más importante cultivado por Cornelio para que la Biblia lo describa de esa forma. Tanto así que vemos que Dios envió un mensajero para dejarle saber que sus oraciones habían sido escuchadas y que serían contestadas. Así fue, Dios envió a Pedro a casa de Cornelio de una forma inusual para conceder un anhelo de su corazón: Conocer más de Jesús. Y recibió el regalo más importante: el Espíritu Santo.

¡Qué sorprendente esto!
¿No te parece impresionante la forma en que Dios respondió las oraciones de Cornelio?


Sí, lo es; y muchas veces leer este tipo de situaciones aviva nuestra fe o nos despierta a una realidad que Dios nos ha expresado desde siempre... Él quiere comunicarse con nosotros. Dios anhela contestar cada una de nuestras oraciones.

Jeremías 33:3 lo expresa: «Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.»

Jesús también lo afirmó: «Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.» Lucas 11:9.

Tal vez puedas preguntarte, ¿Por qué a Cornelio le sucedió esto y a mí que llevo esperando respuesta por mucho tiempo no me llega?

Yo también muchas veces me pregunto lo mismo pero luego reviso mi vida y digo: "Realmente no oro lo suficiente"

Recuerda, Cornelio oraba siempre, y lo que en Jeremías nos dice es que ¡Clamemos! No es una sencilla oración en la mañana y otra más en la noche, es algo continuo... Necesitamos ser insistentes.

Mientras más oramos más se renueva nuestra mente y llenamos nuestros pensamientos de la Palabra de Dios que a su vez nos inyecta más fe, mayor capacidad de creer y esperar en Aquel que cumple todas Sus promesas. Es un ciclo que debe empezar por nosotros, por nuestra insistencia en orar y hacer de la oración el hábito más importante de nuestras vidas.

Punto de acción:

Te invito hoy a insistir, a perseverar... ¡Grandes cosas están esperando por ti!

Lectura bíblica necesaria: Hechos 10(RVR60)

Autor

Ana Ríos

Amiga de Cenfol y antigua compañera de Cenfol Venzuela