La guerra es de Dios

A las noticias de tantas guerras y conflictos, al escuchar del poder del E.I. u otros grupos y sus actos terroristas, es inevitable sentirnos desprotegidos y vulnerables, pensar que de cualquier lugar puede surgir alguien en un camión o en un vehículo cualquiera y arrollar personas desprevenidas, que podríamos ser uno de nosotros y hacernos víctimas, y sin recursos para defendernos, nos puede hacer sentir temerosos e inseguros.

En este pasaje vemos a Josafat, rey de Judá, sitiado por el enemigo, pero en vez de dejarse vencer por el pánico, reconoció que no contaba con los recursos para vencerlos y entonces decidió e invitó a su pueblo a «volver sus ojos a Dios» (v.12). La respuesta del Señor fue inmediata «No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios» (v.15b). Así como aquel día, hoy podemos confiar en que el Padre Celestial es poderoso y está dispuesto a luchar contra cualquier enemigo que nos aceche.

A veces pareciera que todo está perdido, pero Dios es fiel y sus promesas se cumplen, la expresión «No temas» se repite muchas veces en la Biblia, esto es un motivo poderoso para confiar. Dios siempre se encuentra entre el cristiano y el enemigo. Como lo estuvo entre el Faraón y Moisés, entre Egipto e Israel.

Punto de acción:

Oremos, para encontrar la paz y seguridad que nos da saber que la fidelidad de Dios es real en nuestras vidas como lo dice Su Palabra.