Mi imagen

Y quien no quiere caer bien a la primera y luego ganarse el respeto de la gente, como dice un dicho; "No hay una segunda buena oportunidad para causar una primera buena impresión"

Pero cuando hablamos de autoimagen, tendemos a caer en una de dos tipos de trampas:

1) Pensar demasiado en uno mismo.
2) Pensar muy poco en uno mismo.

Y respecto a este punto (baja autoestima), al pretender cambiar la impresión que causas a los demás con el fin de demostrarles cuánto vales, no es bueno y te hará daño.

Si permites que te afecten tanto los comentarios de los demás, permanecerás encerrado en una prisión fabricada por ti mismo. Creerte lo que los demás opinan de ti, es como construir una cárcel dentro de tu alma con un único prisionero: tú; o si pasas tratando de impresionar a otros es probable que, como algunos, nunca llegues a conseguirlo. Es necesario que aceptes que desde la perspectiva de Dios eso no importa.

Por eso escribió Pablo: «...No es mi intención ganarme el favor de la gente, sino el de Dios.»

Así él dejó claro la intención de a quien agradar, pues no tenía por objetivo hacerse a un "gran nombre" en la fe, todo lo contrario, lo abandono todo a causa de un gran Nombre: Jesús

«Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado.» 2 Timoteo 1:12 (NVI)

Punto de acciòn:

Para tener éxito debes ser capaz de trabajar a la par de otros sin que estos te controlen (ni controlar) con sus estados de ánimo u opiniones, comprender que tu autoimagen no cuenta, lo que cuenta es como el Hijo de Dios te ha colocado con un propósito y plan valioso.

Ora con este pasaje:

«Así podrán agradar y honrar al Señor en todo; harán toda clase de buenas obras y conocerán cada día más y mejor a Dios.»
Colosenses 1:10 (NBD)