Nuestra infidelidad

Las crisis económicas, la falta de empleo, las deudas, los conflictos matrimoniales y por supuesto las enfermedades, nos hacen dirigir nuestra mirada hacia Dios en busca del socorro a nuestras vicisitudes. Es así como nos volvemos fieles seguidores de Cristo, vamos a todas las reuniones de la iglesia, conferencias, grupos de oración, hasta nos disponemos a capacitarnos, y al recibir respuesta afirmativa y solución a nuestros problemas, aún estamos dispuestos a dar testimonio y a darle la gloria a Dios, reconociendo Su Fidelidad ante la necesidad.

Pero, una vez superamos la crisis, conseguimos empleo, logramos pagar las deudas, restauramos el matrimonio y nos sentimos bien de salud, parece que nos olvidamos y poco a poco vamos dejando de lado las programaciones de la iglesia, ya el trabajo no nos deja tiempo para asistir a grupos de oración y mucho menos de evangelizar y ni que decir de aportar para la obra, y es así como Dios y Su Obra van pasando a un segundo lugar y nuestra infidelidad se manifiesta. Así mismo el pueblo de Israel que veía como Dios había sido fiel en su travesía 40 años por el desierto en donde vieron o escucharon de sus padres, que el mar fue dividido para que pudieran pasar, los guío, los alimentó.

« Y yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie.»
Deuteronomio. 29:5

¿Qué más fidelidad que ésta? Sin embargo, el pueblo insistió en pecar y abandonar su adoración al Dios verdadero y se volvió a los ídolos, como hoy en día hacemos, convirtiendo el trabajo y las actividades en ídolos que nos apartan de Dios.

Punto de acciòn:

¿Cuál es tu verdadero interés al buscar a Dios? ¿Qué buscas del Señor, Su amor o Su billetera?

Oremos: Para que el Señor nos permita permanecer en búsqueda constante, independiente de si estamos muy necesitados o con nuestras necesidades cubiertas.