Sep06
Para discípulos
Mes // Septiembre 2024

La palabra discípulo viene del latín “discipulus”, que quiere decir el que aprende o que se deja enseñar.
El pedagogo cristiano, Howard Hendricks, dijo en su libro Enseñando para cambiar vidas: “La forma en la que las personas aprenden determina cómo enseñas”, así que esta labor ministerial también requiere de nuestra destreza y habilidad en la enseñanza.
La definición nos muestra que la característica que distingue al discípulo es ser un seguidor permanente, no uno ocasional o de oportunidad; es ser un imitador. En la Biblia, un discípulo es presentado como alguien que siguió y sigue la vida y enseñanzas de Jesús y sus discípulos.
En esencia, el ser y hacer discípulos tiene que ver con una decisión intencional de obedecer a Dios en Su llamado de enseñar a otros las verdades bíblicas como fundamento de vida, verdades aplicables a todas las áreas, y cubiertas con las promesas que Él mismo ha hecho.
Esta actividad debe ser intencional, particular y creativa, ya que todos los momentos y actividades son propicios para conocer y estudiar la Palabra de Dios.
Tú puedes enseñar, como lo dice la Escritura, en un ejercicio de vida permanente:
Deuteronomio 6:6-7
Así lo hacía Jesús:
Mateo 4:23
Vemos que para Jesús era una prioridad hacer discípulos a través de Su enseñanza y por ello no permanecía en un solo lugar, o con un solo grupo de personas. El pasaje dice que recorrió toda Galilea: montes, valles, mar, sinagogas, casa de familia, desierto.
Punto de acción
Sobresalen cuatro puntos de esta lección:
- 1º. Ser discípulo es permanecer para ser formado como discípulo,
- 2º. Ser un verdadero discípulo es permanecer en Su Palabra,
- 3º. Cada creyente debe ser un verdadero discípulo,
- 4º. Los verdaderos discípulos de Jesús deben trabajar intencionalmente en la formación de otros, para que también aprendan la Palabra y permanezcan en ella.
Autor: María Piedad Mesa
