Saber agradecer

El salmista nos enseña que para corregir la ingratitud hay que cultivar el hábito de agradecer. Traer a la mente las bendiciones que nos mueve a la adoración.

El autor del Salmo 103 nos anima a hacer tres cosas:

• 1) Pensar en lo que Dios nos ha dado, Su perdón, sanidad, protección, redención, amor y compasión (V. 1-5)
• 2) Pensar en lo que Dios no nos ha dado, el castigo que merecen nuestros pecados (V. 8-12).
• 3) Pensar en lo que Dios está por darnos. «Desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que Lo temen» (v. 17).

Eres agradecido cuando confías en la obra de Cristo, no en tus obras.

Punto de acción:

Cada mañana , al mírarte al espejo, di: «Bendice al Señor, alma mía, al Señor y no olvides ninguno de Sus beneficios»

Y recuerda como David "obligaba" a su alma a estar agradecida y a dar gracias a Dios por todo.

«Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.»
1 Tesalonicenses 5:18