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Dic29

Estar en Paz.

Mes // Diciembre

Estar en Paz.
«La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. »
- Juan 14:27


La paz es uno de los opuestos de la ansiedad. Y Dios ha provisto una fuente de paz inacabable. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo (Juan 14:27).

La paz de Cristo en el corazón nos hace enfrentar la vida con una fuerza inimaginable. Esa paz suya es la que permite que los suyos, en necesidades, angustias, incertidumbres y ataques, estén en paz. La paz no elimina el mal, pero quien tiene la paz de Cristo lo enfrenta de manera diferente a quien no la tiene.

El llamado es, entonces, a depender de Dios y llevar en oración delante de Él nuestros problemas y preocupaciones, a fin de experimentar su paz: «Por nada estéis afanosos, si no sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús» (Filipenses 4:6-7).

En ese sentido, necesitamos aprender a pensar más en Cristo y no en nuestros problemas y afanes, tal como lo expresa, Isaías 26:3: «Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado» (Isaías 26:3).

En el Nuevo Testamento la paz se presenta como una condición que brota como fruto de la relación con Dios, y no como una resultante de factores externos. La paz del mundo depende del juego de las circunstancias (políticas, sociales, económicas, etc.); pero la paz de Dios no está sujeta a lo que ocurra en el entorno. La paz de Dios es un fruto del Espíritu Santo. Esta «paz de Dios sobrepasa (sobrepuja) todo entendimiento, y guarda nuestros corazones y nuestro entendimiento (mente) en Cristo Jesús» (Filipenses 4:7-8).

En el idioma hebreo la palabra paz es shalom, y significa un estado de bienestar, de plenitud, un estar completo. Shalom está relacionada con la integridad, en su acepción de plenitud y totalidad; de ser entero y no dividido. Por eso es que cuando nos afanamos y llenamos de ansiedad perdemos el Shalom, pues nuestra mente se divide.

Punto de acción

Este tipo de paz requiere disposición para recibirla de Dios, y la actitud adecuada para asumirla, pues, shalom no indica una armonía pasiva o la mera ausencia de conflicto, sino una actitud que es activamente buena. Se requiere perseverar con el pensamiento en el Señor (Isaías 26:3).
Lectura bíblica recomendada: Salmo 91

Autor

Norbey Rodríguez

Director en Cenfol Margarita (Vzla)
Presidente ejecutivo en Fundación Oxígeno
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