Mayo17
Hirviendo en el mundo
Mes // Mayo 2024

► 2 Timoteo 1:6-8
Existen algunas causas que pueden desviar al creyente de la meta y madurez cristiana. Una de ellas podría ser “aislarnos del mundo”; sin embargo, la Palabra de Dios nos enseña que debemos prepararnos para cumplir nuestra labor de evangelismo.
Por esta razón, Pablo enseñaba a sus discípulos:
1 Corintios 3:18
El mundo (sistema que ignora a Dios o que se considera dios) nos necesita para poder conocer la verdad de Dios y de Su Palabra, lo cual es una razón más por la que no podemos aislarnos o escondernos. Esto sería una desviación de la verdad y tal expresión podría considerarse idolatría, al fomentar una enseñanza espiritual egocéntrica y centrada en nosotros mismos.
El resultado de ello sería enfriarnos en relación con las necesidades de los demás, y la urgencia que tiene la gente de ser salvada y conocer las verdades de Dios y Su Palabra. Además, nos volvería esquivos frente a la responsabilidad que tenemos hacia los demás, incluso cuando estamos abordando nuestra madurez cristiana personal.
Esto fue lo que Jesús enseñó a sus discípulos cuando les dijo que permanecieran juntos en Jerusalén hasta recibir el cumplimiento de la promesa del Espíritu Santo.
Si nuestro deseo es mantenernos en el mundo como embajadores de Cristo, necesitamos hacer hervir nuestro corazón, calentarlo a la máxima temperatura de ebullición, lo que en la Biblia se llama fervor, una característica que debe distinguir el dinamismo y la eficiencia de nuestra vida.
Esta característica se menciona en Romanos 12:11, «En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.»
Así pues, si el aislamiento nos lleva al estancamiento y perdemos la dicha de crecer y madurar espiritualmente, lo que necesitamos es «avivar el don que hay en nosotros» 2 Timoteo 1:6 para que, hirviendo en el mundo, podamos cumplir la responsabilidad que Dios nos ha encomendado como sus hijos.
Punto de acción
Reflexiona sobre esto:
¿En qué parte de la Biblia ves personas que demuestran su fervor por hablar de Cristo y tienen buenos resultados? ¿Qué te hace dar más frutos, tu vida cristiana solitaria o en congregación? ¿Cómo te ayuda a crecer espiritualmente el estar comprometido?
Autor: María Piedad Mesa
