Paradoja

Las Paradojas de la Vida Cristiana

La palabra ‘paradoja’ proviene del latín y significa “lo contrario a la opinión común”. En nuestras conversaciones diarias solemos utilizar paradojas como: “Lo barato sale caro”, “Brilla por su ausencia” o “No hay mal que por bien no venga”. Estas expresiones, aunque parecen contradictorias, encierran una profunda verdad.

La Vida Cristiana: Una Gran Paradoja

La vida cristiana también es una paradoja, un camino que desafía la lógica común. Jesús mismo nos enseñó estas verdades, que aunque parecen contradictorias, reflejan el corazón del Evangelio. Aquí algunas de ellas:

1. Para vivir, hay que morir

«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí…»
Gálatas 2:20

En el momento de nuestra salvación, la vieja naturaleza muere y nos convertimos en una “nueva creación” (2 Corintios 5:17). El Espíritu Santo comienza a habitar en nosotros, y estamos “en Cristo”. Morir a nosotros mismos implica renunciar continuamente a nuestra carne y someternos al Espíritu Santo, porque la vieja naturaleza no puede, ni quiere, obedecer a Dios.

2. Cuando eres débil, eres fuerte

«Y me ha dicho: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.” Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.»
2 Corintios 12:9

En nuestra debilidad, el poder de Dios se perfecciona. Cuando sentimos que todo está perdido, Él aparece con su poder y su gloria para darnos amor, salvación y bienestar. En esos momentos dejamos de actuar por nuestras fuerzas y dependemos completamente de Dios. A través de nuestra debilidad, Dios muestra al mundo su perfección y su capacidad de obrar incluso en lo imperfecto.

La vida cristiana es una paradoja: es lo más fácil y lo más difícil. Es fácil cuando dependemos del Espíritu Santo, pero difícil si tratamos de vivirla en nuestras fuerzas. ¡Vive las paradojas de Dios!

Armando Ahumada