Ellas dan testimonio

Jesús habló a Sus discípulos de que antes de Él iniciar Su ministerio, estando en él y una vez se diera Su partida al Padre la obra continuaría y a través de tales testigos se haría, los cuales son:

• - Juan el Bautista (Juan 5:33-35). El fue el precursor de Jesús y por ello Su primer testigo, bien aclaró no ser el Mesías, sino ir delante de Él porque no era digno ni siquiera de desatar Su sandalia y deseaba que Jesús creciera en él y él menguar.
• - Sus obras: Él hace las obras que el Padre le encomendó al enviarlo (Juan 5:36). Es hermoso recordar la importancia que Jesús daba y enseñaba en todo momento con Su obediencia y dependencia al Padre. Ello no mostraba en ningún momento debilidad o inseguridad, al contrario, un deseo profundo de hacer lo excelente y era lo que Su Padre esperaba hiciera como Su labor entre nosotros. Sus obras fueron acompañadas de milagros, que a veces nos parecen comunes en los evangelios pero a los ojos de quienes estaban presentes eran maravillas que nunca habían visto ya que ellos fueron únicos por su poder, alcance y carácter. Hablaron de Su sobrenatural poder y comunión con el Padre.
• - El Padre: Él había hecho oír Su voz dando testimonio de Jesús en Su bautismo (Marcos 1:11) y en la transfiguración (Marcos 9:7) y en tiempo del ministerio dio testimonio de Jesús y de que Sus obras le eran agradables (Juan 5:37) y Jesús lo confirmó en Juan 5:38, declarando que el Padre lo envió y ellos no le creen.
• - Las Escrituras: En ellas tenemos vida eterna y nos dan testimonio de Él (Juan 5:37-39). Pero el pasaje nos insta a "escudriñar" lo cual nos habla de meditar, profundizar e investigar. No se trata de una lectura superficial. Se requiere diligencia en el buscar y deseo de hallar. Esta es la forma en la que el Señor nos exhorta a acercarnos a Su Palabra para poder tener conocimiento de Su testimonio y vida. Los judíos consideran que la vida eterna se reveló a ellos en las Escrituras, y que la tenían porque tenían la Palabra de Dios en sus manos, pero Jesús les instó a buscar esas Escrituras con más diligencia y atención. Igual debemos hacerlo nosotros. Ellos, efectivamente, lo hacen con vistas a su propia gloria, pero nosotros para conocer a quién nos dio todo y al que lo envió a nuestro favor. Es posible que los hombres sean muy estudiosos en la letra de las Escrituras, y sin embargo sean ajenos a Su poder, pero nosotros buscamos las Escrituras profesando recibir y creer en ellas. Debemos escudriñar las Escrituras por lo eterno como nuestro gran objetivo, por Cristo, porque conocerlo a través de ellas trae vida eterna y no conocerlo trae reprensiones a la incredulidad y la iniquidad, también las consecuencias del descuido de Su persona y doctrina y lo cual se va manifestando en falta de amor a Dios y olvido de que hay vida eterna con Jesucristo.

Punto de acción:

¿Qué estás haciendo bien? ¿Qué debes mejorar? ¿Qué plan tomarás para iniciar el estudio que te permita escudriñar las escrituras? Recuerda que ello te permitirá disfrutar el conocimiento de Cristo y la vida eterna que ya te regaló.
Mesa, Piedad