15 Marzo 2021
Entrega total
Publicado en Marzo
► Romanos 12:1 (RVR60)
El llamado o invitación de Dios para tu vida abarca la consagración o entrega total a Él en respuesta a Su inmensa dignidad. Dios espera que tomemos la decisión de vivir para Él y pide que sea una entrega, una dedicación total: de espíritu, alma y cuerpo, para que sea nuestra ofrenda agradable.
- Dar a Dios nuestro espíritu: Cuando Cristo vino a morar a nuestra vida, el Espíritu de Dios también llegó e hizo renacer nuestro espíritu para que pudiéramos relacionarnos con Dios y tener comunión e intimidad con Él, nos dio una nueva conciencia conocedora del bien y el mal, no moral o ético sino de acuerdo a la voluntad de Dios, expresa claramente en Su Palabra. Debemos ofrecer nuestro espíritu para que en la conexión que tenemos, permanezca alineado al Espíritu de Dios.
- Dar a Dios nuestra alma: Ella está compuesta de mente, emociones y voluntad y Dios desea que cada una de estas partes de nuestra alma dependa totalmente de Su dirección. El mundo y la vida pasada han viciado nuestra mente, lo dice la Escritura:
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad
Efesios 4:22-24
y debemos transformarla, no conformándonos (Esta palabra viene del latín «conformāre» compuesto por el prefijo «con» de «cum y «formāre» que significa tomar forma), es decir que nuestra mente no puede tener la forma del mundo, hay que cambiarla a la forma de Dios. Las emociones han sido infectadas con las formas del mundo, y es por ello que el Espíritu de Dios quiere que le sean rendidas para poder fluir con Su fruto. Y pensar en la entrega de nuestra voluntad nos hace saber que es una decisión personal de rendir nuestro querer y hacer a Su buena, agradable y perfecta voluntad.
- Dar nuestro cuerpo: Antes de creer en Cristo, usamos nuestro cuerpo como instrumento de pecado, una vez que Cristo ha tomado nuestro ser, el cuerpo es Su templo y como tal se nos pide sea usado para glorificarlo (1 Corintios 6:19-20).
A razón de nuestro llamado a ser de Él y para Él únicamente, la ofrenda es de todo nuestro ser.
Punto de acción
Puedes orar así: Amado Dios: Recibe hoy la ofrenda y dedicación de mi vida entera (espíritu, alma y cuerpo) porque mi mayor deseo es honrar el llamado personal y particular que me has hecho a consagrarme a ti totalmente, así que si en algo he de ponerme de acuerdo o crecer por tu Espíritu Santo enséñamelo.
Lectura bíblica necesaria:
Romanos 12(RVR60) - Dar a Dios nuestro espíritu: Cuando Cristo vino a morar a nuestra vida, el Espíritu de Dios también llegó e hizo renacer nuestro espíritu para que pudiéramos relacionarnos con Dios y tener comunión e intimidad con Él, nos dio una nueva conciencia conocedora del bien y el mal, no moral o ético sino de acuerdo a la voluntad de Dios, expresa claramente en Su Palabra. Debemos ofrecer nuestro espíritu para que en la conexión que tenemos, permanezca alineado al Espíritu de Dios.
- Dar a Dios nuestra alma: Ella está compuesta de mente, emociones y voluntad y Dios desea que cada una de estas partes de nuestra alma dependa totalmente de Su dirección. El mundo y la vida pasada han viciado nuestra mente, lo dice la Escritura:
Efesios 4:22-24
y debemos transformarla, no conformándonos (Esta palabra viene del latín «conformāre» compuesto por el prefijo «con» de «cum y «formāre» que significa tomar forma), es decir que nuestra mente no puede tener la forma del mundo, hay que cambiarla a la forma de Dios. Las emociones han sido infectadas con las formas del mundo, y es por ello que el Espíritu de Dios quiere que le sean rendidas para poder fluir con Su fruto. Y pensar en la entrega de nuestra voluntad nos hace saber que es una decisión personal de rendir nuestro querer y hacer a Su buena, agradable y perfecta voluntad.
- Dar nuestro cuerpo: Antes de creer en Cristo, usamos nuestro cuerpo como instrumento de pecado, una vez que Cristo ha tomado nuestro ser, el cuerpo es Su templo y como tal se nos pide sea usado para glorificarlo (1 Corintios 6:19-20).
A razón de nuestro llamado a ser de Él y para Él únicamente, la ofrenda es de todo nuestro ser.
Punto de acción
Puedes orar así: Amado Dios: Recibe hoy la ofrenda y dedicación de mi vida entera (espíritu, alma y cuerpo) porque mi mayor deseo es honrar el llamado personal y particular que me has hecho a consagrarme a ti totalmente, así que si en algo he de ponerme de acuerdo o crecer por tu Espíritu Santo enséñamelo.
Maria Piedad Mesa
- 4799
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Leidys Samudio
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May
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