La señal del Señor

Es diciembre la época en que solemos hablar de la natividad de jesús.
¿Cómo podemos verla sin quedarnos sólo en los regalos y el pesebre como una linda historia? Podemos profundizar en ello con una perspectiva profética, para que este conocimiento nos permita tener razones para defender nuestra fe más allá de lo terrenal y material.
El nacimiento de Jesús sigue siendo el regalo más grande de Dios Padre para la humanidad, es por eso que fue anunciado a través de los tiempos y a Su llegada todo tuvo cumplimiento. No ha habido ni habrá otro nacimiento como el de Él.

«Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará Su nombre Emanuel»
Qué difícil nos es leer esta porción bíblica sin tener de fondo en nuestro ser el cántico melodioso de un tierno villancico. Y es que eso es lo que hace la navidad. Música, flores, lazos de decoración en dorado que anuncian que el nacimiento por verse es magnífico, es único, es especial, digámoslo bien, es sobrenatural.

¿Qué lo hace sobrenatural? La promesa del Padre a través del profeta Isaías, 740 años antes de su cumplimiento. Es lo que dice la porción: Tendríamos señal. El pueblo de Israel se apuntaló en ello y aunque a su cumplimiento no lograron comprender su magnitud, nos lo permitieron a nosotros.

Ahora podemos tener:

• - Confianza en la promesa: El Señor Dios lo ha dicho. Es el firmante mayor de una promesa y por Su carácter fiel la hace posible a través de los tiempos.
• - Esperanza en la promesa: Esperar a lo que vemos no es esperanza ni confianza. Esperamos en lo prometido por la Persona que lo ha hecho y lo que una y otra vez ha dejado ver en Su carácter como fiel cumplidor de promesas, para hacerlo realidad.
• - Seguridad del cumplimiento: La escena referida en el evangelio de Lucas 1:26-38 nos da el resultado de nuestra confianza y esperanza. El niño nacería, de una virgen, como dijo la promesa del Padre a Isaías y daría a luz y Su nombre sería lo prometido:

Emanuel: Dios con nosotros
Desde tiempos antiguos lo dicho por el Señor ha marcado la vida personal y relacional de los hombres y mujeres de Dios. La esperanza alimenta nuestra fe con alegría, podemos mantenernos firmes, no hay desaliento, ni abatimiento en tanto que llega, sino que la esperanza que tenemos en que lo que ha dicho se cumplirá, nos producirá la confianza, la seguridad requerida y por supuesto estamos muy felices de poder contar al mundo entero que “lo que había dicho el Padre se cumplió”, no es un nacimiento cualquiera, la razón de la fiesta, el jolgorio, las luces y decoraciones cobran un sentido sobrenatural:

¡Estaba anunciado y se dio en el Portal de Belén!
Punto de acción

A partir de este conocimiento, puedes contar a alguien el verdadero sentido de la navidad: No fue una casualidad, ni algo fortuito: ¡Estaba anunciado y se dio en el Portal de Belén!