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29 Septiembre 2021

Las enseñanzas de Jesús

Publicado en Septiembre

Las enseñanzas de Jesús
«Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú»
► juan 21:22 (RVR60)

Después de resucitar de entre los muertos Jesús y Pedro tuvieron una íntima conversación, de amores y desamores y Pedro tuvo curiosidad de cómo le iría a Juan. Así que le preguntó a Jesús, «¿Y qué con éste?” Jesús no le hizo caso a la pregunta y dijo: “¿A ti qué? ¡Tú sígueme!» es decir, Jesús le quiso decir: “No es asunto tuyo, el tuyo es seguirme”.

Desde este pasaje, cómo podemos responder a esta pregunta:¿Qué enseñó Jesús a Pedro respecto de los demás y Su voluntad? Es tan maravilloso saber que lo que Jesús piensa respecto de Sus discípulos lo hace de cada uno, personalmente, en particular, es tan agobiante cuando la vida de relación con Jesús, la vida cristiana, se piensa en multitud, como en fotocopia, todos de la misma manera y a la misma cosa. Tantos sermones, tantos libros acerca del llamado y de cómo realizar exitosamente el ministerio, como un molde para todo el que se siente con llamado y con envío al ministerio, pero no es la idea de Jesús, Él te dice:«Cada uno a mi manera, a ti no te dé, cuidado o preocupación cómo y a dónde con los demás, pero “tú sígueme”.»

  • 1ª. Enseñanza: No te compares. Eres único e irrepetible. Lo que Dios ha pensado de ti no lo pensará de y por todos los demás. Él te hizo, te formó singularmente y Él lo ha respetado sin compararte con nadie. No lo hagas tú, encuentra y disfruta tu singularidad. Esto te libra de la inferioridad, por no haber alcanzado lo que otros sí. También te libra de la superioridad (llámese orgullo, altivez, autosuficiencia, pecados éstos como el de Satanás y con el cual tentó a Eva cuando le dijo: «¿Con que Dios os ha dicho?...»
  • 2ª. Enseñanza: Cada uno debe preocuparse por sus propios asuntos y no debe inmiscuirse, ocuparse o tener curiosidad de los de los otros. Esto demuestra ansiedad por los objetivos y resultados que no podemos mejorar ni cambiar si han sido entregados a otros. Los asuntos de los demás no son para nada nuestros. Ellos y nosotros debemos aprender a trabajar en silencio,«como para el Señor y no para los hombres» (Colosenses 3:23). Muchas veces esa inquietud curiosa estorba a los planes de Dios y como quiera que sea nos distrae de la obligación personal siempre será: pero «tú sígueme» así no habrá tiempo ni oídos para hacer lo que no agrada a Dios.
  • 3ª. Enseñanza: La voluntad de Dios para cada persona es buena, agradable y perfecta. Será expresada por Dios y Su Palabra de diferente manera por el respeto que Él tiene con la particularidad y singularidad de cada uno, pero siempre la dirá de manera clara y entendible para que ninguno se quede sin obedecerla. Así que, el pero «tú sígueme», es personal y a cada uno revelado de forma diferente. Lo que se espera de cada uno es que lo haga, sin comparaciones, sin pensar en la diferencia con los demás, aceptando la voluntad de Dios y una vez conocida, actuar…seguirle.
Punto de acción:

Quizá como Pedro, hoy has tenido un encuentro personal con Jesús y una conversación de tu amor y desamor por Él. Quizá tienes muchas preguntas acerca de tus hermanos en la fe, unos triunfantes, otros no con relación a su llamado y obediencia, y hoy has escuchado como Él te dice: pero «tú sígueme». ¿Cómo lo vas a hacer? ¿Qué tienes que afirmar o dejar?

Mesa, Piedad
Lectura biblica necesaria: Juan 21:20-25(RVR60)

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