29 Abril 2021
Me quiere ,No me quiere
► 1 Juan 4:9(RVR60)
Hay un juego que todos conocen, se llama “deshojando margaritas”; y es para saber si la persona que tienes en mente te ama.
Consiste en ir arrancando los pétalos de la flor, y en cada pétalo pronunciar en orden: me quiere, no me quiere. Cuando el juego concluye, el ultimo pétalo lo determina todo, si la persona amada corresponde o no a su afecto.
Por supuesto nadie toma este juego en serio, y si los niños no obtienen la respuesta deseada tomarán otra margarita y comenzarán de nuevo. No les toma mucho tiempo ni siquiera a los niños darse cuenta de que las flores no fueron diseñadas para decirnos nuestro destino amoroso.
Pero lamentablemente, a veces hemos deshojado nuestras margaritas, en relación con el amor que Dios nos tiene.
Definimos el amor que Dios nos tiene, deshojando los pétalos de nuestra margarita llamada “Mi Bienestar”, la cual tiene los siguientes pétalos: Me dieron un aumento: Me ama; No me dieron el ascenso que esperaba: No me ama; Algo en la Biblia me inspiró hoy: Me ama; Me dieron la beca para estudiar: Me ama; No respondió mi oración: No me ama...y hay muchos otros pétalos, los cuales erradamente los usamos como el método para discernir cuánto nos ama Dios.
Cuando estamos jugando el juego de “me ama, no me ama”, la evidencia contra Dios parece ser aplastante, pues por razones que a veces desconocemos, Dios con frecuencia no hace las cosas que pensamos que Su amor por nosotros lo movería a hacer. Con frecuencia nos parece indiferente mientras sufrimos. ¡Con cuánta frecuencia, parece Él estar en desacuerdo con nuestras más nobles expectativas!
Punto de acción:
Nuestra percepción no es necesariamente la realidad. Si definimos a Dios sólo por nuestra limitada interpretación de nuestras circunstancias, nunca descubriremos cuán grande es su amor por nosotros.
Él nos ha provisto un camino mucho mejor, donde nuestra aproximación al cristianismo de pétalos de margarita puede ser cambiada por la innegable prueba de Su amor por nosotros, Cristo Jesús.
El único pétalo que cada día nos muestra que sí nos ama es:
«Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.»
Romanos 5:8
Lectura bíblica necesaria:
1 Juan 4(RVR60) Consiste en ir arrancando los pétalos de la flor, y en cada pétalo pronunciar en orden: me quiere, no me quiere. Cuando el juego concluye, el ultimo pétalo lo determina todo, si la persona amada corresponde o no a su afecto.
Por supuesto nadie toma este juego en serio, y si los niños no obtienen la respuesta deseada tomarán otra margarita y comenzarán de nuevo. No les toma mucho tiempo ni siquiera a los niños darse cuenta de que las flores no fueron diseñadas para decirnos nuestro destino amoroso.
Pero lamentablemente, a veces hemos deshojado nuestras margaritas, en relación con el amor que Dios nos tiene.
Definimos el amor que Dios nos tiene, deshojando los pétalos de nuestra margarita llamada “Mi Bienestar”, la cual tiene los siguientes pétalos: Me dieron un aumento: Me ama; No me dieron el ascenso que esperaba: No me ama; Algo en la Biblia me inspiró hoy: Me ama; Me dieron la beca para estudiar: Me ama; No respondió mi oración: No me ama...y hay muchos otros pétalos, los cuales erradamente los usamos como el método para discernir cuánto nos ama Dios.
Cuando estamos jugando el juego de “me ama, no me ama”, la evidencia contra Dios parece ser aplastante, pues por razones que a veces desconocemos, Dios con frecuencia no hace las cosas que pensamos que Su amor por nosotros lo movería a hacer. Con frecuencia nos parece indiferente mientras sufrimos. ¡Con cuánta frecuencia, parece Él estar en desacuerdo con nuestras más nobles expectativas!
Punto de acción:
Nuestra percepción no es necesariamente la realidad. Si definimos a Dios sólo por nuestra limitada interpretación de nuestras circunstancias, nunca descubriremos cuán grande es su amor por nosotros.
Él nos ha provisto un camino mucho mejor, donde nuestra aproximación al cristianismo de pétalos de margarita puede ser cambiada por la innegable prueba de Su amor por nosotros, Cristo Jesús.
El único pétalo que cada día nos muestra que sí nos ama es:
Romanos 5:8
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Silvia Moyano
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