06 Abril 2021
Nuestra herencia.
► Salmos 2:8-11 (RVR60)
El humanismo ha sumergido al ser humano en una espiral de confusión y desorden existencial. En un sentido le atribuye al homo sapiens, un lugar de eminencia que solo le corresponde a Jesucristo. Y en otro sentido fomenta el relativismo moral que niega los principios que garantizan la vida. Como consecuencia en el siglo del humanismo, en dos guerras mundiales perecieron más de 44 millones de personas. El hambre, las pestes y el deterioro ambiental son la herencia de un siglo que pretendió poner al hombre en el lugar de Dios, y a Dios en el lugar del hombre.
Por eso cuando leemos salmos como este, nos toma por sorpresa que el propósito de la Creación no es complacer al ser humano, sino glorificar al Hijo de Dios: A Jesucristo.
Este salmo profético acerca del Salvador, revela la intención del Padre hacia su propio Hijo: «Pídeme y te daré por herencia las naciones.»
Esta conversación contiene una sorprendente declaración: Todas las naciones del mundo llegarán a estar bajo el gobierno del Hijo. Sin embargo, hace falta pedirlo "pídeme". En Juan 17, Jesús hace precísamente eso:
«Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.» Juan 17:1-3
Punto de acción
Jesús dió de comer a los hambrientos, sanó a los enfermos, consoló a los desposeídos y amó a los marginados de la sociedad. Millones de creyentes han seguido Su ejemplo a través de los siglos; y cuanto más serios han sido los problemas sociales, mayor ha sido el anhelo de hombres y mujeres cristianos de encontrar alivio para todos estos males.
Los cristianos establecieron hospitales y escuelas, promovieron reformas carcelarias, fundaron orfanatos, han provisto alivio para el hambre a través de comedores comunitarios, han elevado la condición de la mujer, y han trabajado arduamente para abolir costumbres de crueldad social, como el canibalismo, el infanticidio y la ablación.
Hoy en día, comités de creyentes cristianos están luchando por eliminar el aborto, la eutanasia y la eugenesia. Otros trabajan diligentemente contra el abuso sexual infantil, la explotación laboral de menores, la drogadicción, el alcoholismo, el maltrato familiar y las ludopatías. Otros ayudan a personas que quieren salir de adicciones sexuales, o que están luchando con confusión sexual e identidad de género.
También hay organizaciones cristianas que coordinan acciones contra problemas viejos, tales como los prejuicios hacia los extranjeros y la exclusión social.
¿Dónde estás tú?
Lectura bíblica necesaria:
Salmos 2(RVR60) Por eso cuando leemos salmos como este, nos toma por sorpresa que el propósito de la Creación no es complacer al ser humano, sino glorificar al Hijo de Dios: A Jesucristo.
Este salmo profético acerca del Salvador, revela la intención del Padre hacia su propio Hijo: «Pídeme y te daré por herencia las naciones.»
Esta conversación contiene una sorprendente declaración: Todas las naciones del mundo llegarán a estar bajo el gobierno del Hijo. Sin embargo, hace falta pedirlo "pídeme". En Juan 17, Jesús hace precísamente eso:
«Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.» Juan 17:1-3
Punto de acción
Jesús dió de comer a los hambrientos, sanó a los enfermos, consoló a los desposeídos y amó a los marginados de la sociedad. Millones de creyentes han seguido Su ejemplo a través de los siglos; y cuanto más serios han sido los problemas sociales, mayor ha sido el anhelo de hombres y mujeres cristianos de encontrar alivio para todos estos males.
Los cristianos establecieron hospitales y escuelas, promovieron reformas carcelarias, fundaron orfanatos, han provisto alivio para el hambre a través de comedores comunitarios, han elevado la condición de la mujer, y han trabajado arduamente para abolir costumbres de crueldad social, como el canibalismo, el infanticidio y la ablación.
Hoy en día, comités de creyentes cristianos están luchando por eliminar el aborto, la eutanasia y la eugenesia. Otros trabajan diligentemente contra el abuso sexual infantil, la explotación laboral de menores, la drogadicción, el alcoholismo, el maltrato familiar y las ludopatías. Otros ayudan a personas que quieren salir de adicciones sexuales, o que están luchando con confusión sexual e identidad de género.
También hay organizaciones cristianas que coordinan acciones contra problemas viejos, tales como los prejuicios hacia los extranjeros y la exclusión social.
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Islena gomez
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