05 Mayo 2021
¿Qué buscamos?
► 2 Crónicas 26:5 (RVR60)
La vida de cada ser humano consiste en una búsqueda de beneficios.
Hoy deseo mostrarte la única búsqueda que te beneficiará. La expresión “buscar al Señor” se refiere al deseo de conocerle, de tener una relación íntima con nuestro Creador. Implica la maravillosa sensación de desarrollar unidad con Él, donde Jesucristo no es ya nuestro distante Salvador y Señor, sino un amigo íntimo que camina con nosotros día tras día.
En Mateo 12:39, Jesús llamó «mala y adúltera» a su generación: «La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada» . Ellos buscaban señales y prodigios en vez de buscar al Señor.
Hoy, vivimos en un clima espiritual muy parecido, en el que las personas quieren demostraciones del poder divino a sus peticiones, pero se conforman con una relación superficial con Jesús. Les satisface saber que son salvas, asistir a la iglesia y recibir respuestas a sus escasas oraciones; sin embargo, no ahondan en su relación con su Salvador ni buscarle más efectivamente.
Podemos escuchar su voz decir, ¡búscame! ¡búscame!, Este es el palpitar del corazón del Señor hacia nosotros. Sus amorosos brazos son extendidos hacia todos aquellos que desean tener una relación íntima con Él. Su llamando hacia nosotros es continuo. Cada día nos llama a que vengamos a Él y tengamos un encuentro en el lugar secreto.
Punto de acción
Lo buscamos a través de su Palabra: No solo leerla, pues buscar al Señor exige mucho más que eso. Cuando abras la Biblia, díle al Señor:
“Quiero conocerte mejor. Háblame, y muéstrame más sobre Ti”.
Lo buscamos a través de la oración: Todos tenemos una lista de oración, larga o corta, pero quizás no tenemos como propósito en la oración conocer más a Dios. Lo más importante no es buscar las señales, sino desarrollar mi relación con Cristo. Por tanto, cuando usted se acerque a Él en oración, dígale:
“Señor, abre mi corazón a Ti y háblame; muéstrate a mí, y ayúdame a entender Tus caminos”.
«Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios; y levantaos, y edificad el santuario de Jehová Dios, para traer el arca del pacto de Jehová, y los utensilios consagrados a Dios, a la casa edificada al nombre de Jehová.»
1 Croicas 22:19
Lectura biblica necesaria: 2 Crónicas 26 (RVR60)
Hoy deseo mostrarte la única búsqueda que te beneficiará. La expresión “buscar al Señor” se refiere al deseo de conocerle, de tener una relación íntima con nuestro Creador. Implica la maravillosa sensación de desarrollar unidad con Él, donde Jesucristo no es ya nuestro distante Salvador y Señor, sino un amigo íntimo que camina con nosotros día tras día.
En Mateo 12:39, Jesús llamó «mala y adúltera» a su generación: «La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada» . Ellos buscaban señales y prodigios en vez de buscar al Señor.
Hoy, vivimos en un clima espiritual muy parecido, en el que las personas quieren demostraciones del poder divino a sus peticiones, pero se conforman con una relación superficial con Jesús. Les satisface saber que son salvas, asistir a la iglesia y recibir respuestas a sus escasas oraciones; sin embargo, no ahondan en su relación con su Salvador ni buscarle más efectivamente.
Podemos escuchar su voz decir, ¡búscame! ¡búscame!, Este es el palpitar del corazón del Señor hacia nosotros. Sus amorosos brazos son extendidos hacia todos aquellos que desean tener una relación íntima con Él. Su llamando hacia nosotros es continuo. Cada día nos llama a que vengamos a Él y tengamos un encuentro en el lugar secreto.
Punto de acción
Lo buscamos a través de su Palabra: No solo leerla, pues buscar al Señor exige mucho más que eso. Cuando abras la Biblia, díle al Señor:
“Quiero conocerte mejor. Háblame, y muéstrame más sobre Ti”.
Lo buscamos a través de la oración: Todos tenemos una lista de oración, larga o corta, pero quizás no tenemos como propósito en la oración conocer más a Dios. Lo más importante no es buscar las señales, sino desarrollar mi relación con Cristo. Por tanto, cuando usted se acerque a Él en oración, dígale:
“Señor, abre mi corazón a Ti y háblame; muéstrate a mí, y ayúdame a entender Tus caminos”.
1 Croicas 22:19
Lectura biblica necesaria: 2 Crónicas 26 (RVR60)
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