Skip to main content

17 Marzo 2021

¡Que me cueste!

Publicado en Marzo

¡Que me cueste!
«Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio; porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste. .»
► 1 Crónicas 21:24 (RVR60)

Nuestro amor a Dios, se revela dando lo mejor.

Eso incluye las diferentes facetas de nuestra personalidad y una de estas es un inmenso sentimiento que va aún por encima de la demanda del dolor físico o psicológico, y es la Pasión.

La palabra proviene del latín passio que significa “sufrir”, quizá también “padecer” y tienen raíz etimológica en común con “paciencia”. La pasión expresa la vehemencia o intensidad de los sentimientos afines. Y en el lenguaje del amor se caracteriza por ir más allá de la razón y la voluntad.

El rey David, fue un buen ejemplo de ello. En la porción bíblica de 1 Crónicas 21,24, él fue apasionado en declarar que: «no ofreceré a Dios algo que no me cueste».

Ante tal declaración, seguramente nos viene a la mente el costo de la inversión sacrificada, más allá de lo común, de nuestro tiempo, recursos, labores, no fue poca. Y, ante tal evaluación, es bueno no olvidar que cuando nos desafiamos en darle a Dios de esta manera, es porque recordamos quien es Él, que nos dio hasta la vida de Su Hijo Jesucristo por amor a nosotros y más importante aún, no necesita nada de nuestros recursos. ¡Él es Dios suficiente!

Otro ejemplo que nos ilustra mucho es la misma acción, como una muestra evidente de la pasión por Jesús, hecha en Betania en casa de Sus amigos.

Amar a Jesús, dándole lo mejor, eso es lo que se aprende de aquel momento. La acción la realizó María, pero no estaba sola, había en el lugar otras personas que aún se molestaron con la manifestación de amor hacia Jesús, salió a flote la mezquindad de algunos corazones, y ni qué decir de Judas, de quien se esperaba alguna acción noble como la de María, pues era discípulo, pero, todo lo contrario, habló reprochándola y reclamándole.

«Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume»
Juan 12:3

Es por eso que la pasión, como una forma de dar lo mejor a Dios, nos permite involucrar toda nuestra personalidad, afectos, razón y voluntad; así como nuestra área física, en expresar permanentemente nuestro refinado gusto por darle la preferencia solo a Él.

La vida, la relación con Dios, la búsqueda de Su presencia, actuar y trabajar para Él debe ir impregnado de lo que la pasión por Su amor nos motiva.

Punto de acción

Oremos: Te amo mi Dios, quiero vivir apasionado por ti y demostrártelo a cada instante, quizá tanto el sufrir, como el padecer y la paciencia, me sean necesarias para crecer en mi exquisito gusto y preferencia por ti.

Lectura bíblica necesaria: Romanos 12(RVR60)

Piedad Mesa

Leave a comment

Please login to leave a comment.