Buenos deseos

La navidad es una época donde sólo se desea lo mejor para otros; se desea alegría, paz y prosperidad; lo cual indica lo que todo ser humano anhela y busca en su vida: Alegría, paz y prosperidad. Es notable que Adán y Eva no tenían como meta lograr estos deseos, pues esto existía en la vida de ellos antes de la Caída; La alegría, la paz, y la prosperidad no eran objetivos que ellos habían establecido para sí mismos, pues ya lo tenían, y por lo tanto, no era una búsqueda existencial.

La comodidad y la abundancia no eran su propósito final: una búsqueda intencional de circunstancias y condiciones de vida. No, la fuente de esto era solo Dios, Dios mismo.

La comunión con Él les permitía disfrutar, a la máxima potencia, lo que ya tenían.
Dios era: Su justicia, Su sentido de identidad, Su dignidad, Su paz, Su prosperidad y Su alegría. Él era la razón por la que no sentían temor.

Hoy, como siempre, la fuente que hace realidad todos estos deseos del corazón, es Dios. Él debe ser la meta, lo demás es resultado de ello.

• - Es Él quien es nuestra paz, alegría y prosperidad, no la resolución favorable de nuestros problemas.
• - Es Él quien es nuestra paz, alegría y prosperidad, no la eliminación de todos los posibles malos escenarios.
• - Es Él, quien es nuestra paz, alegría y prosperidad, no un estilo de vida fácil, libre de tropiezos y adversidad. Es Él. Siempre ha sido y siempre será Él.

Punto de acción

El deseo que hace realidad todos los demás es: Que Jesucristo viva en tu corazón y guíe tu vida.

• Y así tendrán Paz: «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo» Juan. 16:33
• Tendrán Prosperidad: «Diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente» Hebreos 6:14
• Tendrán Alegría: «Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos» Juan 17:13