Las tres razones

A veces en el camino hacia la madurez espiritual, llegan momentos en los que realmente nos sentimos cansados y desmotivados para avanzar, la fe ya no mueve las pesadas montañas de sobre nuestros hombros, queremos ocultarnos de todo aquello que parezca tener la presencia de Dios, o en otras ocasiones seguimos un paso conformista y hasta pesimista, de manera lenta y desanimada, pero igualmente con el corazón enfermo, endurecido; ¿qué nos podrá ayudar a salir de tal situación?

El salmo 95 nos entrega tres claras razones (los porqués) para levantar nuestra honra y adoración tal como Él se la merece y salir del adormecimiento espiritual.

• 1- Porque Jehová es Dios grande,
  Y Rey grande sobre todos los dioses. (v.3)
• 2- Porque en su mano están las profundidades de la tierra,
  Y las alturas de los montes son suyas. (v.4)
• 3- Porque él es nuestro Dios;
  Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. (V.7)

Un Dios maravillosamente grande, creador de todo lo que existe y dueño de nuestro vivir, son razones suficientes para salir de la anestesia espiritual y reconocer de corazón sus maravillas para con nosotros.

Punto de acción:

El mismo salmo 95 plantea dos actitudes a evaluar, la primera en el verso 7b y 8: apartándote, que actuemos o respondamos con un corazón endurecido. Y la otra en el verso 1 y 2, de alegría al entrar a su presencia con cantos de gratitud.

« ¡Vamos, cantemos con alegría!
¡Alabemos a nuestro Dios!
¡Él nos salva y nos protege!»
Salmo 95:1 (TLA)