¡No te rindas!

Elias era el único que había quedado de los profetas del Señor, tuvo que pasar muchas dificultades, pero su obediencia y seguridad en su creador le permitieron bendecir a otros.

En este pasaje específicamente le estaba hablando a una mujer (la viuda de Sarepta) a quien Dios le había ordenado darle de comer a Elias; pero ella no tenía muchas provisiones ni siquiera para ella ni para su hijo. Sin embargo, Elias le regala una promesa de parte de Dios. Prácticamente le dijo, tu parte será darme de comer y prepararte algo para ti y tu pequeño, del resto se encargará Dios. (Vs 13-16)

Puede que esa situación que te está preocupando haya logrado que pierdas la confianza, temes que se acabe la harina y el aceite, no ves una respuesta a tu petición, agotas todos los recursos que están a tu alcance y aún no lo logras. Es en ese preciso instante donde Dios te recuerda que «basta a cada día su propio afán». Él se encargará de cumplir lo que ha prometido, tu tarea hoy es dar pasos de fe y esperar el tiempo en que Dios hará llover sus promesas cumplidas sobre tu vida; por ahora te pide que confíes pues no te hará falta nada, Él suplirá lo necesario mientras llega lo abundante.

En el mismo capítulo, más adelante (Vs. 17-22), el hijo de esta mujer muere y su primera reacción es condenar al hombre que va en nombre de Dios porque le recuerda su pecado, sin embargo, contrario a lo que ella pensaba, Elias clama a Dios por él y hace que vuelva a la vida.

Punto de acción:

¿Te sientes culpable? Contigo pasa lo mismo a través de Jesús, Él vino a darte vida y vida abundante, pero satanás siempre va a querer culparte y hacerte sentir que lo que no consigues es porque le has fallado a Dios. Tienes un Dios de las segundas, terceras y cuartas oportunidades que ha venido a rescatarte independientemente de la situación que estás pasando.

¡Hoy es día de pedir perdón y de depositar la confianza en él!