¿Olvidado?

Es fácil olvidarnos de aquellas personas que en el pasado han hecho cosas buenas por nosotros, o que nos han acompañado en tiempos difíciles de nuestra vida, olvidamos a amigos, hermanos, tíos, quienes, de niños o jóvenes, nos dieron la mano. Y así gira la vida, los olvidamos y luego otros nos olvidan.

Por el contrario de todo esto, siempre podemos, y debemos, estar seguros que Dios jamás se ha de olvidar de nosotros. Tal como nos lo recuerda su palabra hoy cuando dice:

«Pero yo sí me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras joven, y haré contigo una alianza eterna.»
(Ezequiel 16:60 DHH).
Israel se había olvidado de Dios, y sus pecados los había hecho odiosos a sus ojos, pero a pesar de su comportamiento y después de una disciplina, Dios les recordó que el seguiría ahí.

Estas sí que son palabras de gran aliento para aquellos que han pasado por tal situación, pues en su palabra afirma que a diario está con nosotros (Mt. 28:20). y que piensa en planes de bien para cada uno.

Él nos guía por la senda correcta de su amor, es muy grato saber que no seremos olvidados como lo cita Isaías 55:8-9 «Porque mis ideas no son como las de ustedes, y mi manera de actuar no es como la suya. Así como el cielo está por encima de la tierra, así también mis ideas y mi manera de actuar están por encima de las de ustedes. El Señor lo afirma.» Por más altos que estén Sus pensamientos, Él nunca nos olvida.

Es por eso que debemos tener estos dos pensamientos presentes:

• -Hoy buscaré al Señor y depositaré en Él toda mi confianza.
• -Hoy caminaré con toda la seguridad de que Él estará siempre delante mío, pues nunca me olvidará por causa de aquél que me dio vida eterna.

Punto de acción

Oración:
Señor, mi alma descansa en ti, pongo mi futuro en tus manos, estoy seguro de que jamás me olvidaras, porque que sé que en tu palabra comprendo que tienes planes para mí y que tus pensamientos son de total paz, permíteme en este y todos los días seguir sembrando, esta bella esperanza que me has dado, para avanzar y saber que contigo estaré seguro. Amén.

¡No te ha olvidado, te observa y guarda silencio!

Lectura biblica necesaria: Isaías 55(DHH)
Tamy Olarte