Sabiduría

Pareciera difícil comprender cómo la sabiduría se comunicaría con uno.

¿Cómo podría la sabiduría hacerse como una persona y ponerse a gritar por todos lados?

Observemos que el sabio proverbista hace unas declaraciones:

• 1- La sabiduría no está muda,
• 2- La sabiduría clama públicamente,
• 3- La sabiduría no se avergüenza de hablar a las multitudes,
• 4- La sabiduría es un mensaje con propósito que razona su contenido.

Las lecciones aquí dadas son claras y reflejan la necesidad de ser enseñados. Según los Proverbios de Salomón, el sabio es reconocido por su buen juicio, conocimiento y prudencia.

Si la sabiduría parece una persona hablando por las calles, entonces: ¿Quién es la sabiduría? ¡Cristo mismo! Él se hizo sabiduría por nosotros (1 Corintios 1:30).

Él es la Palabra y la Sabiduría de Dios. El apóstol Pablo dice: «Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios.» 1 Corintios 1:24. Cristo habló por su palabra y por su Espíritu y lo sigue haciendo a través de su Espíritu Santo.

Siendo Cristo la fuente y la sabiduría misma, entonces:
¿Por qué no dejarnos enseñar por Él?
¿Por qué no acercarnos a Él?

Él es la fuente más segura y confiable por eso; «Ama la sabiduría y ella te honrará, pon atento tu oído a sus enseñanzas y vivirás.»

Punto de acción

Hagamos esta oración:

Padre, el principio de la sabiduría es reconocerte a ti como Dios, no quiero buscar en cisternas rotas, y hacerme un necio. Quiero ser enseñable y si es necesario reaprender.
En el nombre de Jesús, Amén.