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¡TEN CONFIANZA; LEVÁNTATE, TE LLAMA!

"Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más:
¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino." - S. Marcos 10:46‭-‬52 RVR1960
- Romanos 8:28 RVR1960

En los primeros capítulos del evangelio de Marcos vemos que Jesús había sanado a un paralítico, un hombre endemoniado recibió libertad, la mujer con flujo de sangre quedó sana después de doce años de sufrimiento e inclusive, la hija de Jairo resucitó. No eran pocos los milagros que presenciaron los que seguían al Maestro; pero al llegar al capítulo 6 encontramos algo sorprendente.

¿Habrá algo imposible para Dios?

La respuesta que todos daremos es: No, no hay nada imposible para Él. Para Dios lo sobrenatural es lo más normal. Por eso mismo es que nos llama la atención Marcos 6:5-6 “Y, debido a la incredulidad de ellos, Jesús no pudo hacer ningún milagro allí, excepto poner sus manos sobre algunos enfermos y sanarlos. Y estaba asombrado de su incredulidad.” (NTV)

La incredulidad de esos hombres no permitió que Jesús hiciera los milagros que podría haber realizado y Él mismo estaba sorprendido de la falta de fe en esa región.

¿Qué produjo el milagro en Bartimeo?

Su insistencia: "Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!" - Marcos 10:47

Su perseverancia: "Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!" - Marcos 10:48

Su fe: "Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama." - Marcos 10:49

A veces le pedimos a Dios que nos sane, que nos provea trabajo, que restaure nuestra familia, que haga justicia a nuestro favor, que nos haga libres de alguna adicción y muchas cosas más; pero no tenemos la fe suficiente como para creer que Él lo hará.

¿Por qué?
Porque no insistimos. Ni perseveramos.
Y ante la oposición, desmayamos.


Dios te pide una fe sincera, nada más. Tu corazón y tu mente deben ponerse de acuerdo en que en Él no hay problema tan grande como para detenerlo. Y esto ocurre cuando Dios habla a tu vida a través de Su Palabra. Rinde tu vida para que Él pueda obrar en las circunstancias que estás atravesando.

La evidencia de la fe de Bartimeo a los ojos de Jesús fué esta: *"Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús." - Marcos 10:50

Punto de acción

¿Estás arrojando tu capa, y te estás levantando para venir a Jesús, o aún la retienes, por si no ocurre nada?