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Oct12

Bienaventurado

Mes // Octubre

«Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado.»
► Salmo 1:1 (RVR60)

Encontramos en este pequeño pero profundo pasaje de la Escritura, dos presupuestos fundamentales y opuestos entre sí:

- Los justos son objeto de bendición,
- Los malos acarrean su propia desgracia.

Esto nos muestra que el carácter del justo y sus virtudes le hacen acreedor a la bendición de parte de Dios y la afirmación tajante que se refiere al malo, su consejo, su camino, su silla escarnecedora, que, aunque parece que logran temporalmente éxito en esta vida, su fin no lo es.

Bienaventurado es un término muy expresivo, en lenguaje hebreo es del término de felicitación, felicidad. “Son las numerosas bienaventuranzas, entendidas como una expresión o aclamación de júbilo por las múltiples dichas de que disfruta el hombre justo”, dice el teólogo inglés Henry Ainsworth.

Ahora, ¿quién logra ser bienaventurado? Respuesta: El que no… (término resaltado)
- Anduvo en consejo de malos. Los hay en diferentes grados: los que proponen, los que pecan y los que se obstinan en pecar y viene direccionado por el verbo andar que indica dirección, escoger o elegir la propia voluntad. Es decir, es una decisión personal tomar el mal camino. A los malos no les preocupa el camino espiritual y tú debes andar por él cada vez con más decisión e insistencia.

- Estuvo en camino de pecadores. Realmente lo somos todos, pero tú puedes decidir no estar en ese camino ni esas personas. Estar significa identidad y pertenencia con el pecado. Es tu decisión no solo no estar sino alejarte más y más de él y ellos.

- Se ha sentado en silla de escarnecedores. Ellos se burlan, se mofan también ridiculizan, desprecian y afrentan el camino de los buenos y sus acciones. Debes saber de ellos de lejos, muy lejos, tan lejos que parezca que ni los ves o conoces.

Este triple concepto: no anduvo, no estuvo, no se sentó indica un alejamiento total y absoluto de tanto el proceder, como de la compañía.

La Palabra de Dios, dice que, para ser bienaventurado, debe saber lo que no se hace, buscar el consejo prudente, seguir los caminos del Señor su Dios que son sendas placenteras y llenas de paz. Sus pasos no se orientan en las astucias y artimañas de los impíos sino en los mandamientos de Dios y Su delicia está en cumplirlos. Es extremadamente selectivo en las amistades pues ya se sabe perdonado, redimido y poseedor de un corazón renovado y dirigido por el Espíritu Santo, que de ninguna manera quiere mancharlo.

Punto de acción:

Revisa tus conductas y caminos y lo que a ello te atrae para tomar la decisión de dejarlos y disfrutar ser un bienaventurados: poseedor de múltiples dichas.

Lectura bíblica necesaria: Salmo 1(RVR60)